domingo, 25 de diciembre de 2011

Tal cosa

Facebook. Veo que Maru subió diez fotos nuevas al albúm "parapente". Ella y su poco de amor francés volando por los aires, divertidos, como si estuvieran bien, como si se dijeran las cosas con palabras y sin silencios, sin mentiras, sin vacíos... La situación hoy entre ellos es terminal. Como si tuviera leucemia, comiéndose desde la sangre, muriéndose de a poco, esperando el milagro.
Que se aman... a esta altura no lo sé. Lo cierto es que él está en Francia y ella en Buenos Aires, un poco en el departamento que él compró para establecerse junto a ella, un poco en la casa de sus padres. Y llora, no sé si por extrañarlo o porque falló, porque se siente frustrada. Hace un año, cuando él decidió dejar de viajar alrededor del mundo para quedarse acá con la mujer que eligió para acompañar su vida, lo que está pasando ahora era solamente una posibilidad en un millón. No se la mencioné en su momento, porque para ella era solo eso; para mi algo que iba a pasar, simplemente porque si las cosas no iban como él planeaba, cargaría la culpa en ella. Él aún es un adolescente mimado, y aún así es el único hombre en la vida de Maru. Duele verla desgajarse por alguien así. Duele saber que ella lo esperó a través de todas sus vueltas a Francia, ver como es la que sostiene el avión de papel, como es ella la cinta de seguridad mientras él hace parapente.
Y acá estamos, Maru extrañando una relación idílica, que mostraba sus grietas y su potencial, adolescente, que quemaba y revitalizaba, mientras teme no poder llegar nunca a establecerse con un chico que sólo piensa en seguir viajando, en satisfacciones personales, como si una pareja se basara en negociar individualidades, como si Maru fuese un accesorio más en un departamento en Congreso. Y Maru viendo como todo lo que soñó tiembla, como si fuera el fin de todo, como si el dolor fuera la purificación en sí mismo.
Como si el amor fuera eso.

martes, 20 de diciembre de 2011

Fénix


Es como si fuera todo muy fuerte, y soy incapaz de llevarlo a palabras.
Estamos viviendo juntos, nadando en un felicidad que no creí posible. Todos los días su boca apenas me levanto y antes de dormir... cada comida en sus ojos, cada vez que podemos nos descosemos en la cama, como si fuera la primera y la última vez, como si fuera clandestino, secreto, como si ese momento fuera el único del día que tenemos para refugiarnos en la piel del otro.
Y sigue siendo clandestino, porque nunca es algo tan simple como sexo, no. Es desnudarnos desde adentro, es ser placer en manos del otro, es abrirse en cuerpo y mente. Desafiar al mundo en esa apertura, en esa paz, la paz de la locura, del margen, dos clandestinos sintiéndose. No existen reglas, sólo amor y verdad.
Renacimos mas fuertes que nunca.

miércoles, 19 de octubre de 2011

Porqué lo estoy llorando

Lo conocí en verano. Adrián había empezado a tomar clases de teatro con él, y yo realmente necesitaba un escape en medio de la locura que era mi vida en ese entonces. Fue la semana anterior a que Mau intentara dejar a quien ahora es su ex, justo antes de que ella intentara suicidarse, y toda la incertidumbre, la ansiedad y la bronca que vendrían los meses siguientes. Claro que entonces no sabría lo bien que me haría ir a sus clases.
Él me hacía volar en escena, me incentivaba. El grupo era hermoso, y siempre tenía una palabra crítica para mi, lo cual aprecié profundamente. Se involucraba con el grupo (grupo muy heterogéneo, con gente que hacía un par de años que iba, y otros nuevos), nos escuchaba y contenía, y él también compartía sus vivencias con nosotros. Me enseñó miles de cosas en muy poco tiempo, y la verdad que fue un apoyo invaluable. Yo pasaba a escena, y él me iba dictando las instrucciones, firme, seguro. Mi admiración hacia él era gigante.
Después me quedé sin laburo, sin plata, y me dió vergüenza decirle el motivo por el cuál no iba a seguir yendo a sus clases, al método, a su filosofía de vida, auténtica, real. Hoy su facebook tiene un epitafio. Se suicidó. Una de las personas más sensibles, más reales y que me acompañó en un momento crucial de mi vida decidió abandonar el mundo, llevarse su luz a otra parte. Tal vez esté mejor allí, tal vez no exista otro lugar, pero quiero creer que sí. Que él sabe el afecto que le tengo, que sabe cuánto dolió a todos su partida.

lunes, 3 de octubre de 2011

Poemas

I

"Te envío poemas de mi puño y letra/ te envío canciones de cuatro cuarenta/ te envío las fotos cenando en Marbellas/ y cuando estuvimos por Venezuela ... Cuidado, que mi corazón está colgando en tus manos" aúllan Marta Sánchez y Carlos Baute desde "440". Es marzo de 2010 y estoy en clase de teatro, escuchando probablemente por segunda o tercera vez esa canción, mientras dos de mis compañeros la representan. El profesor está decidiendo los papeles para la (pedorra) adaptación a comedia musical que escribió de "Doña Flor y sus dos maridos". La canción en sí no es mala para el objetivo que tiene: fomentar la pelotudez masiva (y adolescente, debo decir) de que uno depende de otro, que está "colgando" en las manos de un otro que tal vez se hinche en las pelotas de tanta colgadez y lo suelte. Suele pasar... sostuve a varios, quiero decir.
En ese momento, mi ¿novio? era Mariano, ya he escrito demasiado acerca de él, más de lo que amerita un chongo al que me mandé la cagada de enseñarle a hablar (incluso recuerdo que una vez le dije "callate, los chongos no hablan".. y bué), y todavía no había invadido mi clase de teatro, cosa que pasaría en agosto, mas o menos. Recuerdo haber pensado que él me la dedicó, y que había buscado la letra en internet unos días antes pero, ante la evidencia de ser un tema tan asquerosamente comercial, pensado para nenas de trece años que empiezan a mojar la bombacha, renuncié a escucharlo para salvar la poca salud mental que me quedaba. En fin, me reí mucho cuando escuché la canción ese día. Internamente, claro. Pero no sólo por lo antedicho (que palabra tan seria) sino porque Mariano le había dedicado a su "princesita de Jazmín" (sic) esa bosta, en una gran demostración de lo poco que me conocía. Para él, yo era "un angelito blanco que me vino a cuidar", "la mujer más perfecta del mundo", "la muñequita de cristal que siempre voy a cuidar"... y paremos, porque vomito. Me había idealizado, había dividido a Agustina en dos. Una parte, "su princesita" era objeto de adoración permanente, todo el tiempo tratando de ponerme por encima de los demás, mostrarme lo perfecta que yo era, lo mucho que me necesitaba, y rogándome que no lo deje, nunca. La otra parte (Johana, entre otros) lo asustaba. Trataba muy bien a la parte que creía conocer y entender, no tanto por amor a ella sino más bien por temor a la otra (si lo pienso, es la base del catolicismo). Y eso que Johana nunca se presentó con toda su fuerza frente a él, nunca "se la aplicó", como dice L.
Pero este, señores, es un problema de la humanidad. Supongo que debe ser la manera que encontró la naturaleza de programarnos para evitar la extinción de la especie.

II

"Ella va a salir esta noche dispuesta a dar/ su calidad/ va a jugar su parte coqueta/ está tan lanzada/ le viene loquear ... cómanse a besos esta noche/ total nadie lo va a notar" Amén. Adrián D'argelos me da su influencia malvada desde "Los calientes". Es sábado a la noche, noviembre 2010, y estoy yendo a encontrarme por primera vez con Mau, llena de nervios. Pero soy de esas boludas que no creen en las casualidades, así que entiendo que el universo me está dando el OK para lo que sé que va a pasar. Y seguí el consejo, claro.
La siguiente vez que salimos Mau y yo, fuimos a ver la primer parte de Harry Potter 7. No estuve muy de acuerdo en ir al cine con el chongo recién estrenado, pero quería ver la peli, y supongo que a él le había quedado pendiente la parte de cortejarme, y eso, ya que fui yo quien lo buscó. Me sentía muy sexy esa noche, creo que vi una película de magia, o algo así, su mano acariciando por abajo de la pollera me complicaba un poco la comprensión de la peli. En fin, cuando salimos del cine nos encaminamos a un telo cercano; iba a ser la segunda vez que estábamos juntos, y yo iba pensando solamente "y si es un asesino, me mata en la esquina y me roba las córneas? pero bueno, 23 años, mal que bien los viví... si me va a matar, que sea..." y entonces, pasó. Su celular empezó a emitir sonidos extraños y cortó la cadena de pensamientos. Tuve que concentrarme automáticamente en no desmayarme de risa ahí mismo. El celular aullaba "Te envío poemas de mi puño y letra..." jaja. Fue demasiado chistoso.
- Es mi novia - me dijo. Y atendió. - Hola, cielo -
Ya fue, al carajo punto com. La mina que estaba del otro lado se había ido a un torneo de Voley (no le voy a pegar gratis porque sería demasiado fácil) a Mardel. Hablaron durante una cuadra, creo. La verdad mi cabeza se fue, y no escuché nada de lo que dijo. Ella estaba hablando con su novio, su amor, su cielo, la parte linda de Mau, la que hay que mimar para que no salga la parte fea. Se estaba portando con él como Mariano solía portarse conmigo. Como todos se habían portado conmigo, incluso a pesar de que el monstruo interior estaba bastante bien atado. Cuando cortó, me preguntó "Las mujeres, ¿perciben estas cosas?" lo miré con perfecta cara de WTF? y le dije que no sabía. No lo sé, de hecho. No sé qué es una mujer.
En el tiempo que siguió, la canción se convirtió en mi enemigo. Cada vez que sonaba había que parar. De coger, de hablar, de besarnos, de lo que fuera. Era un aviso (y nótese hasta dónde llega la pelotudez humana, esas cosas son alertas, no repelentes) de que la oficial quería hablar con mi hombre. Mientras tanto, Mau y yo nos íbamos desnudando cada vez más, tal vez apoyados en la certeza de que no íbamos a durar ni un mes. El problema es que esas partes horribles que todo el tiempo quisieron evitar nuestros ex eran lo que más nos fascinaba del otro. Una mujer puede decirle a su marido "Antes eras más dulce, me regalabas flores", y eso es porque durante el noviazgo el juego es convencer al otro de que somos la persona más perfecta para él, modificamos conductas, escondemos nuestra naturaleza. En el mejor de los casos se hace por amor. Yo nunca aspiré a tanto. El objetivo siempre era tener un garche fijo y un lugar para ir a dormir en caso de pelearme con mi viejo. El día de hoy no puedo reclamarle a Mau que no es dulce conmigo. En primera porque lo es, y de una forma tan nuestra que sólo él y yo podemos entender. En segunda porque antes de ser pareja oficialmente lo más dulce que me dijo fue "Sos muy linda". Así de simple, así de real.
Finalmente, Mau la dejó, creo que está bastante claro el cómo en los post anteriores, y la canción salió de mi vida.

III

 "Cuando estés mal cuando estés sola/ cuando ya estés cansada de llorar/ no te olvides de mi/ porque sé que te puedo estimular/ Cuando me mires a los ojos/ y mi mirada esté en otro lugar/ no te acerques a mí porque sé que te puedo lastimar" Charly. Es una masa Charly. Esa letra la aprendí de memoria antes de poder entenderla. Cuando finalmente la entendí, me pareció tristísima. Supongo que esa tristeza tenía más que ver con el miedo a mis propios demonios internos que con una sensación de soledad. Para ese momento ya había entendido que el único casamiento para toda la vida es con uno mismo, hasta que la muerte me separe. Esta canción es una descripción perfecta de la relación que tienen dos personas que buscan proteger al otro de uno mismo.
Él y yo trabajamos hombro con hombro cada día para seguir juntos. Per no es un trabajo forzado, sino más bien algo natural, placentero. Todos los días me levanto con el objetivo de volver a conquistarlo, de que se vuelva a enamorar de mi, de Johana, de todos nosotros. Y él todos los días me muestra su amor, y juega conmigo para mantenerme enamorada de él, al mismo tiempo que me apoya y me contiene, me escucha, y me muestra sus flaquezas para que lo acompañe en su caminata.
No voy a caerme si me suelta, ni él va a caerse si yo lo hago, porque somos dos personas completas amándonos, construyendo un futuro sumamente prometedor basándonos en un presente perfecto. No tengo miedo a su parte horrible, porque compartimos la sombra. Y él ya no intenta alejarme cuando está mal, sino que busca mi mirada para poder sacar todo ese pus, así como me ayuda a sacar el mío. Es increíble la paz que se siente el saber que uno es amado por quien es y no por lo que el otro quiere creer que uno es. La satisfacción que se siente cuando se dice todo el tiempo toda la verdad, sin ocultar nada, sabiendo que el otro va a entender porque está tan rayado como uno. Que somos hojas en la cual el otro está mas que autorizado a escribir con millones de errores de ortografía.
Poesía es saber que su mano estrecha la mía mientras caminamos juntos.

sábado, 24 de septiembre de 2011

Hide and Seek

"I am Jekill, I am Hyde,
found this place to hide,
come, seek me"
Comforting lie - No doubt

No acabé. Anoche de nuevo no acabé con él. Me sigue calentando, obvio, me encanta la textura de su piel, su aroma a macho, su manera de darme placer. Y no acabé. Como me está pasando últimamente, en realidad. Anoche ni siquiera tenía ganas de coger. Estoy preocupada. No es común, ni normal, ni siquiera es algo que alguna vez haya pasado; siempre tengo ganas.
Ayer a mediodía discutimos, no me quedó claro porqué me enojé. En menos de un mes vamos a mudarnos a un departamento más grande, y ese va a ser nuestro departamento, nuestra casa. Estoy feliz con la mudanza, la verdad, y también asustada. Ahora mismo hace mucho que no veo a mis amigos y familia... a mi gente. La semana pasada no tuve tiempo de nada, casi ni siquiera de estar con él, y vengo para atrás en eso de conseguir laburo. Estoy yendo a la facu, y haciendo un programa de radio los sábados. El sábado pasado, Mau medio se ofendió porque no lo saludé al aire, así que volví a saludarlo.
Ayer a la noche, yo tenía parcial, así que estuve toda la tarde juntada con compañeros de la facu, y a la salida del parcial fuimos a tomar un par de birras. Mau se juntaba con sus amigas para joder un rato, etc. Cuando salí del parcial, lo llamé delante de todos mis compañeros, incluso del que me tira onda, para contarle que había salido. No me dijo "mi amor", prácticamente no me dejó hablar, me habló como si fuera cualquiera (el matiz de su voz es tan evidente), me cortó en seguida. Yo me quedé con los chicos, y no se me ocurrió mandarle mensaje de texto, supongo que en parte porque me había despachado de toque y eso no me gustó ni un poco. ¿Cómo sus amigas se van a enterar que él tiene novia? Irrisorio. Cuestión, me llamó un rato después para ver dónde andaba, y decirme que estaba volviendo al depto. Estaba con los pibes de la facu, en plena charla post parcial, y le dije. Él medio se enojó, me dijo que ya estaba en el colectivo, que le tendría que haber avisado. Le había dado mi palabra de ir al departamento, pero la verdad no tenía ganas de volver a que me haga historia.
Así que volví, hablamos, le expliqué que no se me ocurrió decirle por mensaje, las cosas quedaron bien. Él estaba al palo, y yo tenía ganas de salir del fucking departamento, irme a la terraza, o a bernal, o a donde sea, pero me sentía encerrada. En ese momento me parecía obvio que había algo de él molestándome, pero no tenía idea de qué era. Ahora mismo estoy escribiendo, a pesar de que me prometí no volver a postear hasta que él lo hiciera. Pero las cosas hoy se aclararon, y necesito ponerlo en palabras para poder seguir avanzando.
Un amigo de él, de su grupo de bloggers, lo invitó al programa de radio que conduce. estuvo una hora y media en ese programa... y no me saludó. Cuando leyeron los saludos al aire, no me saludó... no se le debe haber ocurrido. Y ahí me cayó la ficha. Me sigue escondiendo. Me sigue manteniendo a distancia prudencial de su entorno virtual, que antes de mi era el 90% de su vida. No publica nada acerca de nosotros en sus blogs, y lo que escribió una vez no lo pegó en facebook (como hace con cada cosa que escribe), y lo subió a un blog que lee menos gente que este. O sea, estamos avanzando. En diez meses de relación tuvimos dos crisis, una separación, millones de momentos hermosos, me presentó a sus hijos, me dejó salir a comprar con el más chico, me llena de besos y mimos... y sigue escondiéndome. Tal vez por eso anoche sentí la necesidad de esconderme de él. Entiendo que en los términos que establecimos la relación puede ser hasta aceptable que no me mencione, que no comparta con el mundo "lo más lindo que hay", pero duele. Duele que me esconda, que me separe, que me deje al margen de una parte importante de su vida.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Fuck me!

Nos encontramos a 20 metros de la puerta. Él estaba ansioso, yo con sentimientos encontrados. Una parte de mi (la come-hombres) estaba de parabienes, a la expectativa, hacía semanas enteras que quería ese encuentro. La nena quería salir a jugar, esa noche tal vez le diese permiso. Y la madura me decía que eso podría ser contraproducente, que tal vez fuese tapar un agujero (cuac). ¿Qué agujero, retrasada? le contesté entonces. No había qué tapar.
Cuando lo vi, lo primero que pensé fue: "Al fin", le di un pico tímido (si ese era el cuarto beso que nos dábamos, exagero). Él me agarró de la cintura, y le dije: "En la calle nada, ¿te acordás?" Yo ya no estaba en falta, pero él si. Boludeces no. Cinco pasos después abríamos la puerta con vidrio polarizado. Se asomó una señora bastante simpática del otro lado del vidrio de la recepción, y nos miró con ternura mientras elegimos la suite. Pidió también una cajita de Prime, que canceló cuando le dije "yo traje". Decírselo y pensar "¿Qué carajo hago acá?" fueron una y la misma cosa. "Agustina, no jodas" me dije, suelo retarme internamente cuando estoy por hacer una boludez, y en ocasiones hasta me obedezco "ya estás acá, no tenés cinco años" nos dieron el plástico con el número, por el pasillo a la izquierda.
No recuerdo al detalle cómo entré en la habitación, sé que en el camino hice algún chiste pelotudo, me reí de nervios, me reté por reír de nervios... entonces, me ví sentada en la habitación con luz azul, al lado de las almohadas. Iba a sacarme las zapatillas, pero él me detuvo "Yo te voy a desnudar" Guau. Era la primera vez en mucho tiempo que iba a estar con alguien que no era mi ex, y eso me llenaba de vértigo. Él me preguntó si estaba nerviosa, le dije que un poco (ponele). Me besó, despacio, mientras deslizaba sus manos por mi espalda. El beso se iba calentando, las lenguas se movían cada vez mas rápido, y me di cuenta que ya estaba en cueros. No recuerdo exactamente la cronología, porque estaba muy nerviosa, pensando que él era mi compañero de laburo, y el quilombo que me podía llegar a traer y... "no me saques las medias". Me miró. Sí, íbamos a coger, pero las medias son sagradas. Tengo muchísimas cosquillas, sobre todo en los pies, sacarme las medias es dejar expuesto uno de los lugares mas sensibles de mi cuerpo, el mas vulnerable probablemente. "Quiero que estes toda desnuda para mi" No sé qué fue, no tengo idea qué en sus ojos me hizo asentir con la cabeza, dejar que me las saque. Tampoco sé en qué momento se sacó la ropa. Cuando me desnudó por completo, se dedicó a recorrerme con su lengua al tiempo que me acariciaba despacio. Ver sus ojos en mi pelvis, mientras movía su lengua en mi sexo como si hubiera nacido para darme placer fue too much. "Cogeme!" le dije, y creo que fui clara, porque siete segundos después (que rápido que te ponés el forro, hijo de puta, yo sabía...) entraba en mi, mi carne iba cediendo al impacto de su sexo erguido, orgulloso, dentro mío. Fue tomando ritmo, se dió cuenta que no era momento de ser delicado, y me cogió como me lo merecía. Una puta con clase. Estaba disfrutando el momento como nunca, pero no podía terminar de conectar, la cabeza no me dejaba. "Quiero mas" pensé. Lo miré, los dos teníamos la respiración y el pulso por las nubes, y le susurré "Quiero en cuatro". Me di vuelta, y la penetración fue perfecta. Podía sentirla entera adentro mío, mientras se movía como un enfermo, me di cuenta que no me faltaba mucho cuando me dijo "acabo" (la puta madre, nene, bueno no es tu culpa, si hubiera podido concentrarme...). Y acabó, nomás. Y cómo.
Me doy cuenta que mis recuerdos de esa noche son totalmente fraccionados. Tengo baches en la memoria. Por ejemplo, sé que fumamos un pucho mientras abrazados él me acariciaba despacio. Sé que después de eso en algún momento recorrí su miembro con mi boca, degustándolo, mientras sentía su respiración, sus músculos contrayéndose, que después cogimos como enfermos mentales, que tuve miedo de que se rompa la cama, que pedí la cuenta de mis orgasmos en 9 o 10... y ya no importaba si él trabajaba o no conmigo, si mi nombre era Agustina, Candela o Cigarrillos, si tenía pasado, si alguna vez alguien me había hecho sentir así. Porque en ese momento éramos un hombre y una mujer en la penumbra, dos leones en celo, supe que al menos esa noche había encontrado mi contrapunto sexual, alguien con quien bailar la danza de los cuerpos que tengo escrita en los genes, sin necesidad de ensayo previo.
Después nos dormimos. El detalle: él antes de entrar pidió un turno solamente, lo que me pareció bien, ya que si él era un fiasco, o si no funcionábamos, al menos no tendríamos que comernos el garrón de estar cuatro horas ahí metidos. Después llamó y pidió otro, con mi total acuerdo. Me dió la espalda para dormir, dándome a entender que lo abrace, y así lo hice (como nunca antes lo había hecho, no soy el tipo de mina que abrace). Me dormí con el olor de su piel pegadito a mí, y en un estado de éxtasis total. Una hora después nos despertamos, para bañarnos e ir a trabajar. Caminamos juntos las pocas cuadras que nos separaban del laburo, y llegamos como si fuese un día más, como si fuésemos sólo compañeros de trabajo, como si no hubiéramos compartido una de las mejores noches de mi vida. En ese momento mi expectativa de vida de la relación era dos semanas, tres creyendo en los milagros. El sexo tan bueno no dura. Nunca.
Hace diez meses que estamos juntos, y el sexo con él sigue siendo la mejor noche de mi vida.








domingo, 28 de agosto de 2011

Intensiva

"Y conocé
que la vida no termina
donde vos lo ves
ser así no cuesta nada"
Babasónicos - Gratis


La terapia funciona. No sé exactamente para qué, pero funciona.
Decidí cambiar de psicólogo cuando llegué a la conclusión de que Julián se concentraba más en sus objetivos personales aplicados a mi tratamiento que en generar algún tipo de avance positivo en mí. Sus objetivos se centraban en separar a Agus de Mauro e ignorarme cada vez que hablaba en sesión. Eso, sumado a que Alberto, el papá de Agus, opinó que Julián llevaba bien las cosas. Too much. Hay muchas internas en esta cabeza, y la verdad es que Eugenia había elegido a Julián, pero gracias a Mau, este último tiempo soy yo quien está tomando las decisiones importantes. Elegí la carrera, por ejemplo. Elegí ser más que franca con Mau, dejar de estar corriendo atrás de los hermanos de Agus, dejar de soportar las pelotudeces de Alberto. Obligué a Agustina (y ella se enojó, lloró y sufrió) a ponerse en primer plano, a no dejar que los demás la fuercen a nada. A hacerse cargo, bah. Mauro fue la primer persona con la que hablé sin hacerme pasar por ella, y él me ayudó a salir del fondo. Soy el producto de años de abandonos y ausencias varias, y lo sé. Mi función acá sigue siendo la de protectora, pero ahora Agus sabe que puede confiar en mí para otras cosas, y eso es genial.
Hace un tiempo Mau estuvo del culo, así que Agus llamó a Juan, su terapeuta, preocupada, para saber de qué manera ayudarlo. Resultó que el tipo era un grosso como psicólogo, entonces se me ocurrió pedirle a él que nos recomiende un colega. Así llegué hace tres semanas al consultorio de Luis. La primer sesión fue casi una presentación. La segunda empecé a hacer presión para que me dejen hablar, pero Agus no me dejó. La semana pasada fuimos decididas. Ella, a hablar de mi, y yo a hablar de todos los demás. Ella tenía vergüenza de contar acerca de los diferentes habitantes de esta cabeza, pero Mau insistió en que era lo mejor que podría hacer. Y tuvo razón. Luis me escuchó, y palpó en seguida el cambio de Agus a mi; Johana. Sobre el final de la sesión, él me preguntó si quería juntarnos. Le dije que no estaba segura de que se pudiera, la verdad es que no quiero. No sé Agus, pero estoy disfrutando mucho la compañía de Mau, poder recorrer el mundo de su mano siendo yo, no Agus. Que me ame además de amarla a ella. Él me escucha y me contiene, me hace sentir bien, viva. No quiero perderme.
Luis tomó nota de cada uno de nosotros, y fue dos días después que me dí cuenta que me había olvidado de nombrar a alguien muy importante, y casi antagónica a mi; Soledad. Ella es quien llora y guarda las cosas que no puedo explicarle a Agus porque tampoco entiendo. Supongo no fue accidental mi olvido.
Sé que estamos encaminadas, que Luis va a ayudarnos. No sé a qué, pero bué.
Después de todo, la kamikaze acá soy yo.

sábado, 13 de agosto de 2011

La ventana

"Paguemos algo que todavía no rompimos
para que luego no nos vengan a frenar
y terminemos con el barco destrozado
y con los restos del naufragio
zozobrando por el mar"
Babasónicos - Tormento

Encerrarme. Eso necesito. Irme lejos, lejos, al lugar donde nadie llegaba, muy adentro mío. Y ahí, en ese recoveco, esa pieza de abajo de la escalera, enciendo la lamparita y veo fotos gigantes de Mau por todos lados. Quiero correr, gritar, escaparme, sentir euforia, dejar el ataque de pánico atrás. Ver todo por la ventanita chiquita que le puse, ver todo y que nadie me vea, esa sensación de ser un ojo, el ojo de Sauron, o lo que sea. Poner las cosas en perspectiva... y está él adentro, en todos lados. No es que quiera escaparme, ni alejarme, no. Simplemente necesito ver las cosas desde otro lado.
Él me ama sinceramente, y cuando digo sinceramente, me refiero a que me conoce tal como soy, y me ama, no quiere cambiarme. Y yo a él. De a poco, vamos conociéndonos... y me pregunto, será que siento que no estoy a la altura? que no lo merezco? será que tanto que pasó entre nosotros me hizo endurecerme? qué? Embebida en él, y en mi, no puedo pensar, separar qué es lo que realmente hay acá adentro, afuera del adentro más profundo. Me doy cuenta que por la ventana entra luz, y apago la lamparita. Entonces me llega esa fragancia suave, agridulce, que escapa de sus poros, la textura de sus besos, la profundidad en sus palabras. Me doy cuenta que estoy a la altura, que merezco ser quien soy en su vida, que puede ser que me haya endurecido, pero no para él. Que quiero seguir adelante.
Voy a asomarme a esa ventana... del otro lado estoy yo.  

viernes, 12 de agosto de 2011

Lluvia

Hoy es uno de esos días. Me levanto y no puedo despegarme la tristeza que me acompaña a veces. No tengo ganas de nada, quisiera acostarme y quedarme así las próximas doce horas. Tengo una entrevista, así que estoy a punto de entrar a bañarme. Está lloviendo, por momentos parece que es de noche, y el face de mierda que no me deja subir una foto. Estoy cansada del calentamiento global, que cambia el clima de las masas, tanto culo teta me da ganas de vomitar. Cansada de mi, también, de no poder llegar a un acuerdo con todos mis otros yo.
No tengo ganas de bañarme y salir, ayer no sé qué mierda me pasó en terapia, pero tengo un sabor amargo en la boca. Para peor, discutí con Mau, más que nada por mi estado de ánimo, y él me volvió a preguntar si quiero que sigamos juntos. Y quiero, la verdad es esa, pasa que estoy teniendo la sensación de que hay lugares de los que no puedo volver, al menos no sola. Cada vez que toco el tema, él se impacienta, me dice que todo lo que pasó entre nosotros fue necesario. No sé si para mí era necesario tanto dolor, cada vez que intento abordar el tema (toda esa mierda que no extirpé en su momento, por miedo a perderlo del todo), él no me deja hablar, no sé si por culpa o por qué. Incluso los demás trataron de decírselo; Joha con su frialdad, Fran desde la camaradería, Flor desde su inocencia, Euge con palabras bonitas... yo, con tristeza. Y la verdad, él está, me escucha en todo, me cuida, me ama. Sé que él me ama. El punto es que tengo esa sensación de que no puedo volver solita, de que necesito que él me traiga. Tampoco quiero cansarlo y alejarlo, así que básicamente no sé qué hacer.
Pero bueno, supongo que esto es pasajero, que solamente pasa porque hoy es uno de esos días.

jueves, 11 de agosto de 2011

Coche viejo


Los últimos días vinieron de charlita. Charlita un poco interna, y bastante externa, con Mau. Decidí que ya era tiempo de volver a terapia, y para eso le pedí al psicólogo de él que me recomiende algún terapeuta. Como resultado, tengo sesión mañana; para ver qué onda, básicamente. Espero que salga. Hoy volví a casa, después de una semana de estar en lo del ogrito, en eso de sostenerlo en los días difíciles. Volví a ver a mi viejo, después de una charla cuanto menos movilizante (para mí, a esta altura dudo de que algo lo pueda movilizar) la semana pasada. Marina tenía que ir al médico, así que allá fuimos, a que le revisen los análisis y le digan que se tiene que tomar un antibiótico diferente al que venía tomando, después de dos cajas.
Mi viejo se compró un auto, un modelito sport, como para disimular que tiene familia. El anterior era un auto grande, que si bien era viejo se la re bancaba. Hemos viajado doce en ese auto. Todavía no lo vendió, así que está en el mismo garaje que el chiche nuevo. Cuando volvimos, y fuimos a guardar el auto, supe que ese sería un momento trascendental en mi vida, vaya a saber por qué. Tal vez mi predisposición a buscar motivos detrás de mis acciones, la exploración del subconsciente a la que nos estamos dedicando Mau y yo, o mi incipiente necesidad de respuestas a la gran pregunta ¿Por qué soy como soy? ¿Por qué tengo estas necesidades? “Estos ojos, ¿de quién son? ¿De quién son mis deseos de hoy? Y este insomnio, ¿de quién es?” pregunta el Indio desde Luz Belito, y creo que voy por ahí.
Subimos el auto. Ahí estaba el azul con su capot cascado, su trompa un poco caída, la luz izquierda desviada, el paragolpes atado con una soga, su motor de kilómetros y kilómetros de historias, su tapizado roto. Tapado de polvo, parecía casi gris. Y entonces, lo ví, desde el cómodo asiento del flamante 206 gris con vidrios polarizados, con estéreo nuevo y carísimo, con un hombre de 50 años al volante, un hombre que no me conoce. Así, pasaron por delante de mí la tarde de lluvia torrencial que llegué a casa empapada, con mi mamá tironéandome del brazo porque yo estaba todo lo cansada que puede estar una nena de cuatro años por haber caminado cinco cuadras con el agua hasta las rodillas, él en la puerta de casa, acercándose y haciéndome upa mientras yo lloraba, preparándome una ducha caliente. Las tardes de juegos en casa, la única vez que fue a verme a un acto escolar, yo dama antigua feliz porque mi héroe estaba viendo el producto de mucho trabajo, la vez que fuimos al parque Pereyra a ver un molino… y es todo. La secuencia termina ahí, a mis 17 años. A partir de ahí, mi papá se fue desdibujando, entendí que es humano, pero un humano deforme, una sombra, un humano que está demasiado cerca de ser inhumano, que no tiene ningún reparo en irse un fin de semana largo con su novia dejando 50 pesos en casa para los cuatro días, un humano que miente, pero sobre todo se miente a sí mismo, se dice buen padre, buena persona, buen hombre, y no es más que un manojo de deseos insatisfechos, una falta de pelotas para admitir que todo le importa un carajo, que siempre se miró el ombligo, que no quiere tener a sus hijos. Pero siempre tuve la esperanza de revertir las cosas, de que el zorro olvide sus mañas. Hasta hoy.
Hoy ví el azulote tapado de polvo, y entendí que ahí abajo quedó definitivamente enterrado el papá que alguna vez creí tener.

lunes, 8 de agosto de 2011

Tomando impulso

"Va a empeorar antes de poder mejorar" le dice Tara a su marido, mientras están jugando al bowling con los hijos. Tara es una mujer con trastorno disociativo de personalidad; personalidades diferentes en la misma persona, la disociación se produce por sucesos traumáticos o infancias de mierda. Esa frase cierra la primer temporada, y me doy cuenta que también puede llegar a resumir el sentido del tratamiento psicológico. Muchas veces me sentí mal, atenté contra mí, ya sea a través de mi relación con la comida, el alcohol, los cigarrillos, las drogas, el sexo o la gente... P!nk una vez dijo, al respecto de Just like a pill (uno de sus mejores temas), "las adicciones vienen en todo tipo de frascos" amén. Mis problemas con las personas no pasan por un exceso de agresividad, por brotes violentos, no. Siempre fui la tonta del bote, y sin embargo me esforcé en cambiar eso. Pero no se puede enseñar trucos nuevos a un perro viejo (hoy vine con mil frases hechas); el zorro pierde el pelo pero no las mañas.
Mi mamá. Mi mamá no me mima... hace por lo menos siete años que no hablo con ella, y de hecho prefiero decir que se murió cuando me preguntan porqué no vive con nosotros antes que decir la verdad. Porque la verdad siempre es dura; si las familias fueran como los Ingalls ese programa no hubiera durado ni tres episodios, porque hubiera alcanzado con mirarse uno mismo, la propia familia. Mi mamá es una hija de puta. Nunca se hizo cargo de ser mamá, siempre me trató como un objeto de su propiedad. Me pegaba tanto física como psicológicamente, desde un cachetazo hasta una golpiza, desde un "sos igual de vaga que tu padre" hasta un "cuando vos estés mal yo me voy a reir", pasando por todos los insultos y burlas imaginables. A esta altura de mi vida, me doy cuenta que ella hizo lo que pudo, pero lo cierto es que "lo que pudo" aplica a hacer el almuerzo y no dejarme cicatrices graves.
Mi papá. Tortita de cebada, papá no me dá nada... mi viejo vivió 17 años con una mujer que jamás conoció, una dictadora doméstica, Hitler de entrecasa, y no se enteró. Papá sigue pensando que soy una pendeja que no entiende nada de la vida, que busca marginarse del mundo como forma de protección, que se cree la dueña de la verdad. Nunca se preocupó de que mi psiquis, mi salud mental estuviera bien; con que no lo molestara alcanzaba.
Pasaron los años, fui quebrándome... el último post lo subió Johana, que es mi protectora. De un tiempo a esta parte empecé terapia, me enfrenté a mis fantasmas y empecé a buscar respuestas, el porqué de mi situación actual. Fui la mamá de mis hermanos y de mi viejo, incluso a veces fui el papá de mis hermanos, siempre puse a los demás por delante mío, por sentirme una lacra, por haber escuchado durante dieciséis años que soy una inútil y que nadie refute eso. De a poco, fui tomando el timón de mi propio barco, fui poniéndome a mí adelante, y ahora mi hermano y mi viejo me lo quieren cobrar. Es lógico; los varones se apegan mucho a sus mamás.
En medio de toda esa batahola aparece Mau y de a poco tengo que hacerme cargo de mi capacidad de sentir, de que no estoy ocupando mi lugar en casa, que de hecho ni siquiera tengo un lugar en casa. Tenemos idas, vueltas, y cuando todo indica que es el final, que nunca mas vamos a estar juntos, volvemos con más fuerza que nunca, armamos un plan de viaje para crecer como pareja, sumado al crecimiento personal que nos brindamos. Finalmente, o inicialmente, nos estabilizamos como pareja, después de una crisis gigante, y en medio de mi crisis personal. Entonces, a Mau la vida le pega sin asco, y es él quien entra en crisis, un dolor que tiene la fuerza de años de contención lo empieza a torturar, es de esas espinitas guachas que te obligan a clavarte una aguja caliente para sacarla, llena de sangre y cochinada.
Y acá estoy, en su departamento, dejando por un rato en pausa mi búsqueda personal para poder ayudarlo, para centrarnos en él; así también estamos construyendo un "nosotros" un futuro en común.
Aunque ahora las cosas estén empeorando, van a mejorar.

domingo, 7 de agosto de 2011

Jo

"Nunca fuimos lo mejor ni lo peor" algún pelotudo en Face tiene eso de estado. ¿Qué carajo buscás en una relación si no lo mejor... o lo peor? Depende del grado de enfermedad mental de cada uno, claro. Al respecto, estoy en la notebook de Mau, en un café muy concheto de Banfield, mientras él anda con los nenes por acá. Mataría por un cigarrillo, pero bueno, por lo menos acabo de conseguir que funke cuevana. Tengo el face, el twitter, el msn, el mail... toda la vida virtual de Mau a mi disposición, y la verdad ni ganas de revisarle nada. Imaginar que puedo encontrarme un mail "hot" de su ex me da náuseas, además de que nunca fue mi estilo. Se conectó la proveedora de pizza recién, y al toque le llegaron al gordo dos mails de ella (las fucking notificaciones que saltan solas), supongo que tiene que ver con que Mau puso "en una relación con Agustina G" en facebook. Es genial que las mujeres sigan justificando el sexo con amor, o al menos con empatía. Por cierto, hoy Agus me permitió tomar el timón, ya que hace rato que vengo interviniendo yo en su relación con el Ogro, y ya era tiempo de que me deje escribir. Así que, me presento. Me llamo Johana, tengo 19 años que valen por un millón; soy vieja, vieja, como el mundo... pero una adolescente eterna, o al menos eso espero... siempre que Agus no me obligue a crecer. Creo que le sirvo más así, anyway. Me divierto mucho con la gente, tanto que a veces Agus queda como una boluda por reírse de cosas que no son graciosas; se ríe de mis chistes. Ella es un poco parecida a mi... pero somos bien diferentes. Soy una vampiresa, un ser de la noche; letal, fría, directa. Tengo una desafectación que la enferma, en parte por su predilección hacia el drama. Me llama cuando le pegan, cuando no puede soportar el dolor, y ahí salgo yo a defenderla con uñas y dientes, a remarla por ella, mientras se refugia en algún pliegue del cerebro, a hablar con Franco o jugar con Flor, o simplemente pensar, entender porqué el mundo es cruel. Entonces, mi agudeza hace que todos depongan las armas, ya que soy un puercoespín erizado; nadie se me acerca por miedo a pincharse. Mau sí se acerca. Él tiene huevos, aunque al principio me pareció un cagón; tiene tan claro como yo que el mundo es un lugar hostil. De a poco me fue enamorando, aún a pesar de mí misma, de mi propia naturaleza, mi tendencia a la autodestrucción, al caos ordenado. Agustina de a poco me dejó salir, yo fui la primera en hablar con él descubriéndome, sin hacerme pasar por ella, quiero decir. Lo golpeé bastante a lo largo del tiempo, me encargo de decirle todas esas cosas que ella no se anima. De a poco, yo también me fui abriendo a él (de hecho, ahora que lo pienso todos lo hicimos), y él a mi, y al resto de nosotros. Anoche me dijo que me ama (a mi, además de a Agus), y fue muy bonito, parece que tengo algunos sentimientos después de todo. Y después la cagó, el pelotudo. Le pregunté si iba a poner a Agus como su pareja en Face, y él me dió una explicación sesuda, concisa y explicativa de porqué no lo hacía. Agus se enojó y yo directamente me puse del orto. Ella es la comprensiva, no yo. Ella es la que espera, yo la que acciona. La obligo siempre a cumplir sus promesas, y a que haga cumplir las de los demás. Y fue justamente eso lo que le recordé a Mau; su promesa de ponernos como pareja una vez que se cogiera a la de la pizza. Él me dijo, en su momento:- Eso va a reducir drásticamente mi número de polvos
- No. Yo te voy a seguir cogiendo. Aparte, las minas que piquen van a saber que no pueden llegar a nada con vos, y no se van a poner en pelotudas- su cara de ojete me anticipó que no quería saber nada con eso.
Hoy cuando nos levantamos pasé a estar "en una relación con" Mau, y la verdad es que lo necesitaba; él se mueve mucho en ese mundillo, es su segundo hogar. Necesitaba ese reconocimiento después de tanto. Yo más que nadie sé lo que pasamos para llegar hasta acá... el puto golpe del que habló Agus un par de posteos atrás fue que Mau se fue a ver con su ex. O sea, WTF? ¿Tuviste que volver a comer mierda, volver a sentirte un extraño en tu propio cuerpo para volver? Aparentemente, si. Y la verdad, yo celebré que él la haya visto mientras Agus se deprimía. Y yo le decía: "Ojalá que se la haya cogido, ojalá que hayan tenido una buena charla... ojalá. Así, él se da cuenta de que nunca va a estar con nadie tan bien como con vos, pelotuda. Que siempre va a tener que resignarse, excepto cuando está con nosotras. Dejá de llorar, enferma, y mandalo a cagar, que se curta por forro."
Pero bueno, las cosas cambiaron, y me doy cuenta que yo también estoy enamorada de él, y nos damos lo mejor y lo peor, porque es nuestra escencia; somos lo mejor y lo peor.
Aprendan, idiotas.

domingo, 31 de julio de 2011

Gracias por la pizza II


Diez minutos después de mi llamada, Mau me llamó para confirmar; no podía creer que estaba en once, a quince minutos de él. Acompañé a Marina a esperar el colectivo, mientras él caminaba las ocho cuadras que lo separaban de la parada para cuidarme un poquito. Una vez que la embarqué en el 135, fui al encuentro de mi babe, a dos cuadras que parecieron 100 porque estaba en estado de euforia absoluta. Me pregunto qué es exactamente lo que me despertó tanta adrenalina, si el gusto por la transgresión de Johana, las travesuras de Flor, el sexo desenfrenado de Candela, la camaradería de Franco, o la necesidad de control de Eugenia. A mi me resulta raro todavía, pero tanto él como yo supimos siempre que sexo y amor son dos departamentos separados.
Entonces nos encontramos y lo abrazo, le doy un beso y me mira, con sus ojos marrones que condensan lo más lindo del mundo, y todo ese amor, esa ternura, y sé que si tuve miedo ya pasó. Que soy yo su mujer y todo el fucking universo, con su karma y sus fuerzas centrífugas, al fin está en equilibrio. Me dice que me ama, me agarra de la mano; vamos caminando juntos por Rivadavia siendo casi las tres de la mañana. Le pido que me cuente, necesito saberlo en un sentido tan perverso y tan inocente que siento que voy a explotar de alegría o de lujuria. Me habla de ella. La única primer impresión que tengo es un perfume vomitivo por lo dulce, que me provoca rechazo automático sin saber porqué (después descubrí que era el perfume de mi vieja, asco), pero al mismo tiempo es la prueba de la travesura realizada, y me encanta.
- Y nene? Cómo te fue? -le pregunto.
- Bien... la verdad, me aburrí- me sorprende. Sabía que la mina se la daba de lady, y que probablemente tuviera sexo de sábanas blancas, pero...
- Si, porque la mina se me hacía la arisca todo el tiempo. - dió otros detalles que no puedo escribir acá. Seguimos caminando, y él habla:
- Ella no es un peligro para vos. Es muy común, aburrida. Con vos no me puedo aburrir nunca... te amo. - yo suspiro, aliviada. Necesitaba que me lo dijera. Sé que es arriesgado lo que estamos encarando, y si no estuviese segura de nuestro amor no hubiera podido permitir algo así... y mucho menos disfrutarlo. Lo beso de nuevo, quiero abrazarlo y no separarme nunca más de ese abrazo. Cuando estábamos a punto de entrar al departamento, él me mira y me dice:
- Hay algo más- opa. Se viene algo importante
- Dime - tomo aire
- Cuando estaba con ella, la acariciaba, la besaba... quería que fueras vos.- ya fue, me derretí. Todo lo que quiero es abrazarme a él el resto de la noche y mimarlo hasta quedarme sin tacto. ¿Te das una idea de todo lo que moviste en mi con esa frase sola? Lo besé, ¿qué más se puede hacer cuando se llena el cuerpo de luz?
Entramos al departamento a oscuras, se le había cagado la conexión eléctrica ese mismo día más temprano. Veo pizza arriba de la mesa, una pizza grande, rectangular, y una pepsi. Quedaban tres porciones.
- La pizza fue gentileza de ella - me dice. Y yo sonrío, está bien que le haya llevado un tributo. Sé que lo fue, entre los dos no juntamos veinte pesos... viene dura la mano.
Nos bañamos juntos, él estaba completamente radiante, feliz de compartir algo así conmigo. Sentí nuevamente ese amor brotando desde su centro hacia el mío y viceversa... ese amor que fue volviendo de a poco en mi, y la sensación de que esa noche estábamos avanzando a pasos agigantados en nuestra relación. Todo lo que se movía entre nosotros era lo justo, lo exacto. Él me enjabonaba despacio, recorría mi piel con sus manos, como hacía mucho tiempo que no pasaba, y yo supe que había vuelto a entrar en mi, que de verdad conseguí dejarlo pasar nuevamente. Le digo que me encanta que su baño sea tan chiquito, porque así nos podemos abrazar, nos vemos obligados a estar pegaditos en la ducha, y eso es genial. Entonces, me da vuelta y me coge contra la pared, me saca tres orgasmos en menos de cinco minutos, mandando a la mierda todo lo que tengo leído acerca de sexología.
Ya en la cama, le pregunté acerca del encuentro, mientras nos mimábamos a gusto. Me contó acerca de los detalles, y me dijo que no sabía si la mina había acabado, que le parecía que si.
- No sé si será que estoy acostumbrado a verte acabar a vos o qué, pero no me dí cuenta - acabar es algo que nunca regulo ni limito, me dejo ser, que todo mi cuerpo se llene del placer máximo, de todo lo que él me da, y todo eso que siento lo exteriorizo naturalmente.
De a poco me subo en él, al ritual de reconocimiento de los cuerpos, de aceptación y libertad en el otro. Sé que él no planea acabar. Lo tuve de maratón a la mañana, después tuvo el encuentro con ella, y está muerto de cansancio. Pero es mi objetivo darle esa adrenalina que él generó en mi.
- Me hiciste acabar, hija de puta - me dice. Y sí, nene. Le doy un pedacito de chocolate, se va a quedar dormido en un minuto más y quiero que se duerma lleno de gusto, de cosas lindas, hoy se lo merece más que nunca- Necesitabas reafirmarte, no?
- Puede ser - supongo
Él se duerme en mis brazos, y yo caigo en la cuenta de que tengo hambre, porque la mayor parte del sábado le dejé el control a Johana y ella no come, nada mas fuma y toma. Me levanto y caliento una porción de pizza en el microondas. Sonrío mientras tanto... esa porción es tan simbólica. Me siento en la cama, a su lado, y como tranquila, con la sensación que tuve todo el día de que las cosas estaban en su lugar, que finalmente nos habíamos estabilizado. Lo abrazo y me duermo, pensando que ella seguramente estaría durmiendo, con sus estados alterados por el placer que Mau le había dado, y que ni por puta se imagina que él está conmigo, que su mujer estaba feliz de la intervención de una desconocida, un juguete, una pieza más en la colección de un cazador. Y le agradezco en silencio sin pensar en ella (porque no importa, porque fue ella por azar y podría haber sido cualquier otra), agradezco que haya cogido con mi hombre porque me mostró que estamos preparados para esto, que de verdad lo disfrutamos juntos. Siento esa libertad, esa certeza de que entre nosotros nunca va a existir una mentira o un secreto, que tenemos una intimidad que va mas allá de todo. Mau más temprano me había dicho "Nosotros compartimos hasta nuestros subconscientes", y es verdad, pero en ese momento entiendo que siempre vamos a hacer el amor mientras cogemos como leones (a esta altura ya le rompimos una pata a la cama) en celo, como criaturas salvajes, y todo lo demás, cada vez que él se acueste con otra o yo con otro, va a ser sólo sexo. Le agradezco a la lady por haberme mostrado eso.
Y por la pizza, obviamente.

Gracias por la pizza I

Cuando Mau y yo empezamos a frecuentarnos, la tercer o cuarta vez que nos vimos, él me manifestó que tenía ganas de tener una pareja abierta. No fue una oferta, para ese entonces la relación seguía siendo de sexo, genial, intenso, con una conexión envidiable, pero sólo sexo. Recuerdo que su idea no me pareció mala, y que pensé que en una relación así tal vez me sentiría cómoda. El tema se cerró ahí por ese día, recuerdo que habíamos ido al correo, y en el momento que me lo dijo estábamos empezando a caminar por florida, hacia el subte, mezclándonos entre la gente (lugar común).
El tiempo pasó y pasaron cosas, "nosotros" fue cambiando y acordamos que nuestra relación sería abierta. Lo decidimos porque somos dos piratas de raza, cazadores por naturaleza; dos leones. Tarde o temprano alguno de los dos sentiría la necesidad de ir por una nueva presa y así rompería lo construído a base de sinceridad pura (incluso cruda) por una calentura. Además, es una tranquilidad para ambos el saber que si el otro estuviera con alguien mas, avisaría, y visceversa.A medida que fue pasando el tiempo, me dieron dudas acerca si eso pordría ser llevado a cabo con la soltura con que fue propuesto, ya que no es lo mismo decir que se puede que estar en ese lugar.
Mientras estuvimos separados, Mau retomó la cacería. Yo no; decidí que no iba a intentar sacarlo de mi usando a otro, que iba a poder yo solita. Cuestión, se citó con una mina que conoció un poco antes de empezar a salir con su ex. Luego, se puso en pareja y la mina no le dió más cabida. Ahora, está oficialmente soltero así que la mina picó. Se habían visto un poco antes de que él y yo volviéramos, y ella estaba indispuesta (dios, que pelotudez) así que no hicieron ninguna. La cita se fue posponiendo, básicamente porque Mau y yo nos estamos poniendo al día emocional, sexual y, sobre todo, psicológicamente. El viernes me quedé a dormir en su casa, después de haberlo ido a buscar al trabajo, y en el viaje hubo una aparición inesperada.Tanto el jueves como el viernes hubieron apariciones inesperadas; Eugenia enojada porque él iba a estar con otra y furiosa porque yo estaba de acuerdo. Ella es la workalcoholic, obsesiva y perfeccionista que vive en mi cabeza. También es controladora, locuaz y sociable; es la que trabaja. Ella cree sinceramente en la familia burguesa, vive bajo la máxima que dice que lo importante no es ser sino parecer. Obviamente, no está ni un poco de acuerdo con la idea de pareja abierta.
Mau habló mucho con ella el jueves, trató de hacerla entrar en razón y no pudo. Pero la desestabilizó, le hizo ver que yo no voy a seguir permitiendo que ella decida. Cuestión, ayer Mau pasó el día con Johana, para que yo pudiera hablar con Eugenia. Además, Johana no tiene miedo de nada, es muy fuerte, alimentada a base de dolor. Mau me dijo que en los próximos quince días va a intentar blanquearme con los nenes. Yo decidí que ese era el momento de que salga Johana, para poner un poco de orden interno con Eugenia, y para que ella encare el tema. Joha le dijo a Mau:
- Pasan dos cosas: en primera a Flor le da miedo que tu nena no quiera jugar más con ella. En segunda, Agustina tiene miedo. Porque todas las veces que avanzaste con tu ex en la relación, ya sea presentándole a los nenes o proyectando irte a vivir con ella, fue después de haberla cagado, o apenas antes.
- Si, yo lo pensé también. Pero, sabés qué pasa? Con mi ex yo me sentía culpable por haberla cagado, y por eso accedía. Pero con Agus, no. Con ella me siento pleno, y la verdad que no tengo culpa ni nada, me siento libre.
Johana asintió y no le dijo más nada, es mujer de pocas palabras, pero certeras. Yo me quedé tranquila, y a las siete me fui del departamento a mi casa, porque a las diez llegaba su presa. Acordamos que yo volvería una vez despachado el juguete de la noche, y que él me iba a contar los detalles. Para ese momento serían las dos de la mañana.
Dos menos veinte Marina y yo salíamos de casa. Ella a ver a su novio, y yo a mi ogrito pecaminoso. Durante todo el tiempo que supe que Mau estaba con la otra me sentí llena de adrenalina, sabiendo que ella iba a tener la mejor noche de su vida con mi hombre... y que no iba a estar ni cerca de satisfacerlo. Lo llamé desde el segundo colectivo, él me habló como si yo fuera su mejor amigo, y le dije que en media hora estaba en su casa.
Había llegado la hora de la verdad.

jueves, 28 de julio de 2011

Jessica

De todas las personitas habitantes de Maurolandia que pensé que iba a conocer, Jes es la más inesperada; tal vez porque me siento parte activa en su nacimiento, casi su descubridor, tal vez porque nunca la escuché hablar. En el post anterior aclaré que Lito, si bien fue una aparición fuerte, no fue la mas perturbadora. La noche del martes al miércoles fui al departamento de Mau. Nos encontramos en el subte, y él estaba en pleno estado de enojo por el último manotazo de ahogado que tiró su ex. De hecho, me encontré con Lito prácticamente. Él y Johana hablaron durante el viaje, a pesar de que Agustina gritaba que no, que no era lugar… se está haciendo una especie de cambio de gemelas, pero no es el tema a tratar (Advertencia: si sos impresionable no leas lo que viene a continuación, te podés traumar de por vida).
Ya en su departamento, empezamos a hacer ese ejercicio hermoso que es el sexo oral; es decir, hablar mientras hacemos el amor. Un rato después de terminar, fui a buscar el segundo, y empecé por chupar su miembro, siempre tan bien dispuesto, tan (pre)parado para mi. Fue entonces cuando me dieron ganas de volver a incursionar en su culito. Empecé masajeándolo mientras chupaba sus testículos muy suavecito, y entonces sentí como mi lado masculino empezaba a aflorar: Franco. Franco es un tipo raro, debo decir, pero tiene muy claro cómo tratar a las mujeres. Para Fran el cuerpo de Mauro es propio, siente ese cuerpo tan bien formado como si fuera su propia espalda, su propia piel. Hay momentos en que Mauro y yo somos uno cuando hacemos el amor, una sola entidad gozándose en dos cuerpos. Y ese es solamente el punto de partida.
Estaba allí, en ese punto que es la cuna de las perversiones carnales, ese punto que puede mandarte al cielo mientras te condena al infierno. Lo masajeaba despacio, necesitaba que él me dejara entrar, que lo pidiera. Y así fue; sólo lo hice cuando supe que prolongar un poco más la espera hubiera estado penado por el tratado de Ginebra. Entonces, saliva y pulso de por medio, entré en él. Lo escuchaba gemir, y fue la primera vez que lo sentí en esa frecuencia, en ese rango de placer. Muchas veces antes lo había sentido derretido ante nuestras acrobacias sexuales, pero esta vez fue tan diferente, tan genuinamente distinta a todas las otras, que Franco salió, libre y desafectado. Entonces lo penetró con mi dedo, rítmicamente, primero muy suave, y después mostrándole quién era su hombre, haciendo que de verdad lo desee. En algún punto el espiral se cerró hacia adentro, y nos encontramos en el ojo del deseo. Él se fue sentando en la cama, Fran sabía que le estaba pidiendo que saliera, que tenía urgencias inmediatas que resolver, pero no podía separarse de su ser, salir de ese cuerpo que se le antojaba tan frágil, tan vulnerable.
- ¿Querés que salga?- Le preguntó, con la cabeza en su costado derecho
- Si – dijo, con una voz que no le pertenecía
Franco se retiró despacio, el cambio había sido sutil y no quería romper la magia del momento. Él volvió a recostarse, sonriendo. Entonces la vislumbró. Jessica al fin podía ver la luz. Sonreía, y en esa sonrisa se morían todas las tristezas posibles, no existía más el mundo, ni nada porque al fin Franco podía mirarla y entender que ella era su bebota, que tenía que protegerla y amarla porque al fin la había encontrado.
- Hola hermosa – le dijo, y ella sonrió - ¿Cómo estás?
- No sé… estoy naciendo. Esto es muy raro-
- Si, mi amor, ya sé que es raro- empezó a acariciarle la cabeza, despacio, y la cara, a llenarla de mimitos. Se recostó a su lado, y la rodeó con los brazos, conteniéndola en el pecho. Durante toda la charla la mimó sin pausa, acariciando despacio su espalda, su cabeza, hombros, deseándola con toda su piel, queriendo ser un hombre para ella.
- Estoy naciendo – repitió, emocionada, con los ojos brillando a fuerza de amor, de emociones, completamente movilizada, radiante. El cambio era absoluto.
- Y, ¿cómo te sentís?- Fran sabe que tiene que ser paciente, ir despacio. Es una mujer, y tiene que tratarla como tal.
- Bien, libre. Estoy bien. No sé bien qué siento.-
- Mau no te dejó salir nunca, ¿no? Imaginate si llegás a salir delante de sus amigos
- Julián es un troglodita – se ríe. Su risa son como cien mil campanitas vibrando al unísono, campanitas tenues, pero que juntas forman armonías y melodías hermosas, como un coro de ángeles. Es una risa inocente, y algo pícara, algo que Mau nunca se permitiría. – Se reiría de mi –
- Y Martín? ¿Te gusta Martín?– le pregunta. Martín es el mejor amigo de Mauro, y está enamorado de él hace años. Es una loca encerrada en el closet, y me cae muy bien. A Franco no; es anti.
- Martín es muy mujer para que me guste a mi; y hombre, así que a Mauro tampoco le gusta – Franco siente alivio, por un microsegundo tuvo miedo.
- ¿Te vas a quedar un rato, hermosa? –
- No mucho, Mauro no me va a dejar – Lo sé.
- Y, ¿Qué pensás de cómo trata Mau a las mujeres? –
- Mauro es muy dulce y muy tierno, él las cuida mucho, es un caballero. Me encanta cómo las trata- habla con mucha ternura, y se sonroja. Fran la acaricia, despacio. Quiere conocerla. – A mí me gustan las comedias románticas – Fran sonríe, enternecido – yo soy la que mira películas con ellas. – Okey, eso fue inesperado.
- Y.. ¿cuál es tu cantante favorito?
- George Michael – le dice. Y… ¿ese quién es?
- ¿En serio?
- No sé porqué me vino ese nombre, pero es el primero que se me ocurrió… - es Mauro tratando de retomar el control, no tengo idea de quién carajo es George Michael, pero lo voy a googlear en cuanto pueda. Ahora, lo importante es que Jessica no se vaya sin haber terminado de hablar.
- Bueno, seguro es tu favorito. Después vamos a escucharlo, ¿querés? – y la mira a los ojos. Ella sonríe, embelesada.
- ¿En serio?
- Si eso es lo que mi chica quiere, es lo que va a tener. – nota la alegría en su mirada, pero también que está a punto de irse.- ya te vas, no?
- Si.
- Entonces dejame besarte un poco
Y la besa con ternura primero, y con hambre después. Hacía mucho, mucho tiempo que se deseaban. A Franco le da bronca estar en el cuerpo de Agus, un cuerpo de mujer, y a la vez le resulta raro que Jessica tenga cuerpo de hombre, aunque no le importa. Baja su mano despacio sin dejar de besarla, esquiva el sexo para acariciar con su dedo humedecido el lugar tan prohibido por décadas de castración.
- Hacelo – le pide Jes
- Si, mi amor – responde. Y el dedo mayor entra hasta la segunda falange, hace presión, juega, entra y sale. Fran va sintiendo ese cuerpo, ese beso, esa excitación. Y entiende que nunca va a desear otra mujer como la desea a ella, ni ella va a desear a otro hombre con ese fuego, con esa necesidad. Porque ese sexo prohibido, ese entendimiento que va mas allá de toda lógica, es un micromundo de dos, un oasis en medio del caos diario; y existe sólo porque podemos entregarnos al otro, reconocer nuestros cambios de estado, nuestros cuerpos como vehículo de cada uno de los que somos.
Y eso, Jes, es amor.

miércoles, 27 de julio de 2011

Vuelta a casa III (encuentro fortuito)

Domingo. Mau me despierta a fuerza de besos y mimos. Me desconcierto un poco, ya había perdido la costumbre de recibirlo de esa manera. Apenas son las diez, y las imágenes de la noche anterior vuelven a mi cabeza. En serio pasó. En serio me abrí tanto con él que Johana habló pudo contarle su percepción de mi, de él y de nosotros. Me siento más liviana, pero todavía reticente. Vamos al chino a comprar el almuerzo, y a la vuelta pongo las hamburguesas en el horno mientras él se baña. Ni una señal de lo que iba a pasar después. Una vez, hace tiempo, escuchando una canción, Eminem me tiró la frase "Tal vez esto es lo que pasa cuando un tornado se encuentra con un volcán". Cuando se la mencioné a Mau, él me dijo "Me aparece la imagen de un balde de mierda adelante de un ventilador" mucho menos poético pero más gráfico. Y ese encuentro nunca se había dado así de crudo, siempre nos habíamos manejado dentro de los parámetros de "gente normal" (asco). Hasta el domingo.
Estamos comiendo, y Johana se dispara apenas, no recuerdo porqué, pero la atajo de toque y entonces... aparece Lito. Lito es el equivalente de Johana, el resentido, el crítico que todos tenemos adentro. La noche anterior, Mau había propuesto ese nombre para su crítico, y la cosa quedó ahí. Pero ahora lo tengo adelante mío, y sé que sus parámetros son otros, que es la primera vez en 36 años que ve la luz, y que yo no tengo la capacidad destructiva suficiente para hablarle. Entonces le pregunto si quiere hablar conmigo o con alguien de su tamaño. Él sonríe, siniestro.
Y pasó lo que tenía que pasar. Todo eso que reprimió su vida entera, esa maldad o sentido de libertad, o como-se-llame, sale, y se encuentra con Johana, que ya es nena grande, me supera en inteligencia y no tiene un solo pelo en la lengua. Y empezó a hablar, a sacar toda esa mierda acumulada. Primera base: su ex-novia. Mamita! Las cosas que me dijo, y Johana gozando escuchar eso, y finalmente poder decirle una parte de lo que pensamos de ella, fue muy liberador para los dos. Para él, porque verdaderamente tenía muy reprimida esa parte de sí mismo, probablemente sus pensamientos negativos hacia ella hayan sido bloqueados, o justificados con un "pero es buena mina, y me quiere". Lito no. Lito sabe que ella lo usó tanto o mas que él a ella, que Mau se prostituyó a sabiendas de ambos, cada pareja tiene su economía emocional, y ella lo llenaba con cosas porque nunca estuvo a la altura. Y me dijo "Mauro tiene demasiados escrúpulos, y le da culpa y se pone en pelotudo" Segunda base: Mau. Pudo hablar de sí mismo, y Johana cargó con todo y le pegaron no tan a gusto como hubiera querido ella, pero supongo que fue porque la primer aparición de Lito era algo demasiado importante como para asustarlo. Todavía es una jirafa recién nacida, torpe, aprendiendo a caminar. Tercera base: yo. A Lito le molesta que yo sea tan cursi, y a Johana también. Hablaron algunas cosas mas, profundizando en cada tema, pero el eje fue ese. Johana me tiró un alerta porque Lito carga mucho contra la sociedad, supongo que tiene que ver con que Mau lo reprimió totalmente en pos de su matrimonio, y, ¿qué es el matrimonio sino el capitalismo aplicado a la pareja? el sistema en tu living, los mandatos sociales, el orden, encajar. Lito es obviamente anarquista, o por lo menos zurdo. Pero se iba mucho por ese lado cuando Johana lo pinchaba con cosas grosas, cuando le tocaba admitir que había sido un cobarde... porque Lito es consciente de sí mismo y que le tine que pedir permiso a Mau, porque solamente es un inquilino, pero también se siente traicionado. También sabe que no tuvo la fuerza para imponerse, empujarlo, salir adelante.
Después de una hora y media, Mau me dijo que no estaba acostumbrado, pidió volver. Le dije que por mi estaba bien, y se puso a llorar. Gordito hermoso, yo sé que tiene mucha angustia contenida. Mucha bronca también. Así que vamos a empezar a sacarla. Por lo pronto, ayer volvieron a hablar y se están entendiendo demasiado bien. De todas formas, ayer hubo otra aparición sorpresiva, mucho mas perturbadora que Lito, pero eso va en la próxima entrega. Y así estamos, redescubriéndonos a nosotros mismos mediante el conocimiento del otro.
Al fin estamos en casa.

domingo, 24 de julio de 2011

Vuelta a casa II

Sábado al fin. No tengo ganas de salir a bailar, como había quedado con una amiga de Adrián, ni de nada. El viernes acordamos con Mau que iba a ver a su ex para terminar de cortarle los víveres, borrarla de msn y face, etc. Y es sábado. Estoy en lo de Adrián después de haber ido a un evento literario, un tanto adrenalínica, un tanto ofuscada. Mau y yo nos mensajeamos, necesito saber si se va a ver con esa o no. "Si yo pido un deseo, vos crees que se cumplirá?" me pregunta. Estoy tan enojada que quiero que se lo violen una horda de chimpancés sidosos. Le pegunto cuál es su deseo, y él me dice "que se vaya todo a la mierda y dormir abrazado a vos". Accedo, aclarándole que voy a llegar tarde. Siento que es el día, que al fin se va a terminar el dolor, sea con o sin él.
Doce de la noche, estoy llegando al depto. Tomo aire (y humo, debo decir) y toco el timbre. Sé que me voy a encontrar con la versión pollito mojado, sé que está de bajón porque habló por teléfono con su ex y seguramente ella lo habrá torturado a gusto (comprate una vida, darling), sé que no tengo ganas de soportar eso. Que hoy va a ser la última vez.
Apenas subimos, mientras voy al baño, se hace un bollito en la cama. "Quieta Johana, no es momento" pienso. Ella fue la única en volver hasta ese momento... y volvió recharged. Me acuesto a su lado, él se gira y me abraza "No sabés cómo me golpearon" me dice. Sé que a pesar de todo hay una parte de mi que quiere seguir adelante, sé que todavía estoy molida, pero también que sigo amándolo. Quiero gritarle, pegarle donde le duela, romperlo de alguna forma antes de dejarlo; es lo mejor para ambos. Para él porque no sabe o ya se olvidó lo que es sufrir por amor, que el otro sea tan importante como uno. Para mi porque Joha va a retomar el mando y para terminar de afirmarse necesita despacharlo. Pero también quiero que ese abrazo pase a formar parte de nuestro inventario como el primero después de la tormenta, que se convierta en un abrazo arcoiris y permitirme, al fin, deponer las armas.
- Me vas a dejar?- pregunta. No puedo contestarle, estoy aturdida. En mi cabeza una sola idea, y la fucking zapatilla aplastando mi pecho.
- Si, me vas a dejar- Se agustia- porque soy un pelotudo- si, sos un pelotudo. Si, perdiste el norte, y ahora nada mas quiero cerrar todo esto, me das asco vos por no poder admitir amor cuando todavía podíamos seguir, yo por pensar que ibas a entregarte a mi y tu ex por... bueno, ella en realidad nunca supo con quién estaba saliendo.
- No sé- le digo, y se mueven cosas adentro mío, pero todavía estoy entumecida, sorda, lejos de mi. Me separo de sus brazos, está asfixiándome, no puedo respirar... necesitaría salir del departamento en ese momento, pero no voy a hacerlo. Dí mucho por él, y sé que merece una oportunidad. Prefiero equivocarme haciendo a quedarme con la duda por no hacer nada.
Él me mira, esperando algo que no sé si voy a poder darle.
-Sacate la remera-Le digo, mientras me saco la mía. Me monto en él con la ropa interior puesta, en ese momento el sexo es algo que todavía no se inventó, necesito volver a sentirlo.
Entonces hablamos, y él empieza a abrirse. Lo escucho, mientras toco su piel y eventualmente le robo un beso. Entonces, vuelve a acariciarme la cintura, el cuello, la espalda, la cara. La cara. Y empiezo a ceder. Nunca nadie tuvo permiso de tocarme la cara, pero él si, y con eso me lleva a todos los lugares que pensé que nunca mas recorrería de su mano. Johana grita, me dice que lo suelte, que me vaya, que en algún lugar está el rubio esperándome (dejalo, Agus, él nos hace mal, dejalo y andate con el estudiante de filosofía que usa boina y fuma en pipa, que es game tester y seguro coge bien, viste cómo te mira, dejalo y andate de cacería permanete como antes, volvé a poner tus lazos emocionales en tus amigos, que ellos van a estar siempre, dejalo y olvidate de ser una unidad entera porque nunca lo fuiste y hasta ahora vamos bien. Dejalo ya, pelotuda, levantate y andate), que no vale la penaseguir intentado con Mau.
- Hice lo que me pediste, la llamé y le dije que la voy a borrar de msn y face, que no vamos a hablar mas. Y ella me pegó donde sabía que me iba a doler - "no me importa esa mina, nene. No es mi problema, y nunca debió haber sido el tuyo. Basta, Agus, nos vamos" No. Escuchá. - Me dijo que me va a amar más y se va a dejar estar. - "Siempre esperando que la vayas a buscar, no? cuántas novelas venezolanas habrá visto? sabe lo que es vivir? o hacerse cargo de uno mismo? bueno, que se compre una silla y espere sentada" Basta Johana. Andate a dormir, no te das cuenta que no estás ayudando? te olvidás que habías dejado esto en mis manos? Él me necesita ahora, y yo lo amo... lo amo. Eso. - Y yo sé que va a hacer eso, pero no voy a saberlo porque no voy a tener manera -
- Bueno, gordo, sabés que es lo mejor.- "claro que es lo mejor. Lo mejor para que vos, pelotuda, sigas en una relación que de un tiempo a esta parte solamente te destrozó" Basta, en serio. No es momento de que salgas vos. Necesito concentrarme en lo que quiero "Yo te defendí siempre. Escuchame ahora: andate o dejame salir a ver si nos ponemos de acuerdo hablando de la retrasada esa". Lo abrazo y le digo que Johana está enojada con él, realmente enojada.
-Dejala salir- me dice
- No gordo, es mala.
- Dale, dejala... yo me encargo- insiste. La necesita, así como me necesita a mi, y a todos los demás. Hasta ese momento Franco ni siquiera imaginaba que para él también hay. Pero me estoy adelantando
- No me hago cargo de lo que diga-
- Está bien
Y sale, y le dice un montón de cosas, se pelea con él. Y Mau con paciencia se va acercando despacio a ella, la tiene en sus brazos e intenta besarla. Y ella me grita, me pide que salga yo a recibir todo eso... pero yo no salgo. Se lo ganó ella solita, me tuvo paciencia durante todo este tiempo, y se ubicó, me dejó manejar a mi las cosas, así que ella también es partícipe en este regreso, y se merece que él la mime un poco.
Así, desnudos en su cama, con él besándola, y la sensación de que perdió el control, de que nunca mas va a poder defenderme de él porque le está tomando cariño... porque confía en él. Pero no es así... ella es tan difícil. Va a tener que pasar el tiempo para que pueda entregarse a él, y lo sé. Entonces, en algún punto se va, y vuelvo yo. May me llena de besos y me dice:
- Estoy conociendo a una mujer, y me gustaría que se enamore de mi- Johana sale, recrudecida, sintiéndose traicionada... creo que puedo perdonar cualquier cosa menos una traición.
- Y, ¿quién es..? - corto la frase
- Vos, Johana - me dice, y me ablanda a pleno, ella se va... no sabe lo que es el amor.
Pero yo si. Amor es sus ojos, su comprensión, él. Mauro.
Después de hablar un poco más, le recomendé que empiece a disociar todos los Mauros que viven en él. Hicimos el amor una vez mas y nos dormimos. Y así fue como mi espera empezó a terminar.
Y así fue como empezamos a volver.

viernes, 22 de julio de 2011

Vuelta a casa I

Cierro los ojos, intento contactarme conmigo. Nada. Los abro, pongo música, ordeno mi pieza, camino de un lado a otro, salgo al patio a fumar, y de nuevo cierro los ojos... y de nuevo nada. Hoy no hay nadie, se fueron todos a dormir. No está Flor con sus ganas de jugar, ni Johana con ganas de asesinar (supongo que está enojada porque aborté su post de anoche), ni Agustina con su diplomacia, ni Franco con sus perversiones. Ni ninguno de los demás. Hoy me dejaron sola, o simplemente se replegaron. Pero esta ausencia mental de mis otros yo, o de partes de mi misma, se debe a un golpe, un golpe que estoy tratando de suavizar, de asimilar todavía, y la verdad es que están cada uno en su cuevita, sin querer salir por miedo a otro coletazo del dragón.
No sé qué siento. Tengo una especie de callo adentro, como si finalmente hubiera pusto un dique al dolor, pero que al mismo tiempo no me deja sentir nada. Entonces, él me llama. Me llama y me habla de planes, de salir adelante, de seguir juntos, de crecer como pareja, me promete todo lo que le pedí antes, todo lo que se suponía estábamos tratando de construir, y yo no sé. No sé si puedo tomar su mano ahora, porque estoy como dura, contracturada, cagada a palos. Tengo miedo de acercarme, siento que puede lastimarme de un momento a otro, y eso fue siempre así, siempre pudo lastimarme, el punto es que sé que no voy a resistir un golpe mas, y probablemente sea por eso que tengo miedo de no poder entregarme a él, tengo miedo de este silencio grupal, de no poder volver a sentirlo como antes. Le dije que me siento un poco reticente, que iba a tener que lidiar con eso, y él se mostró comprensivo... es que voy a necesitar mucho de él para poder volver. De todas formas, supongo que algo adentro mio todavía lo defiende, porque el plan era no verlo hasta agosto, y sin embargo decidí ir el domingo a su casa.
No sé cómo cerrar este post. Solamente quisiera querer algo, dejarme llevar por mi captor, como siempre, pero sé que no va a ser así de fácil. Y tengo miedo que él me suelte, sienta que es el final, o no sepa mostrarme el camino de vuelta a casa, al huequito en su hombro, a sus besos húmedos, nuestra felicidad.

lunes, 18 de julio de 2011

Payaso

Mi subconsciente me odia. Planea matarme mientras duermo, lo juro. Ya había escrito esto en un post anterior; pensé que la relación entre nosotros había mejorado, pero no, él sigue en su plan de dominación mundial... o por lo menos mental. Anoche soñé que alguien volvía, alguien que ya estaba apropiadamente envasado y archivado. Supongo que tiene que ver con mi casi primera vez, que estaba escribiendo desde el celu cuando me quedé dormida. Lo raro es que no soñé con mi primer novio, el chico del relato. Pero hoy me levanté pensando en él, en un montón de cosas que le hice; algunas por pendeja, otras de turra que soy, nomás. Entonces me acordé de todos los hombres a los que le debo una disculpa. No son tantos como pensé,en realidad. De todas formas, Lucas encabeza la lista.
Hay una película de Jack Nickolson, Susan Sarandon y Keanu Reeves que se llama "Alguien tiene que ceder" (Something's gotta give), creo que es del 2003 o 2004, en la cuál el personaje de Jack es un cazador empedernido, coleccionista de mujeres. Se pone de novio con la hija de Sarandon y tiene un ataque cardíaco por tomar viagra. Entonces tiene que quedarse en casa de Sarandon para recuperarse. Se van conociendo, y se enamoran (qué sorpresa! Hollywood sigue infartándome de asombro). Después de un par de cosas, se separan y él tiene otro "ataque". En la guardia, la doctora le dice que orgánicamente no tiene nada, que es su corazón que está triste (no es muy cursi?). Le recomienda reposo, entonces el chabón se va a una isla paradisíaca, en la que se queda dos días porque llega a la conclusión de que eso no es para él. Vuelve y desempolva las agendas, y empieza a llamar a todas las minas con las que estuvo. La mayoría lo manda a cagar, pero algunas le hablan, y él se da cuenta que ese dolor que siente también lo sintieron todas ellas. Las escucha y empieza a entender cómo viene la mano, porque antes de sentir eso no sabía el porqué de algunas reacciones; el amor. Entonces la va a buscar y tienen un diálogo en el cuál él le cuenta su odisea, y remata con "Recorrí el camino más largo para llegar hasta ti". Al final se quedan juntos, obviamente, pero esa frase es tan genial que tuve que contar toda la peli para que se entienda.
Entonces, tendría que llamar a Lucas y explicarle algunas de las pelotudeces que le hice para que me perdone? Para que entienda que la cagada no se la mandó él, por lo menos no todas. El flaco me dijo el día que nos separamos "está bien que me dejes porque yo soy una mierda". Y yo no era mejor que él, lo estaba dejando para poder ir en paz a buscar a quien entonces era mi amante. Pero siempre desvié la responsabilidad, será cuestión de hacerme cargo de esas cosas para equilibrar el karma del universo? O es solamente que ahora que sé lo que es el amor necesito reevaluar mi pasado para poder sentirme culpable por todas esas cosas que negué y así limpiar mi conciencia?
Babasónicos, en su canción "Las demás" dicen "Te da miedo enamorarte/perdida y locamente de mi/sabiendo que también me gustan las demás (...) desconfío que me entiendas de verdad/ y la verdad es que te amo". El video es un casamiento, ella muy prolija, muy rubia y femenina, toda su familia muy formal; él un payaso, su familia un circo. Al final del video, él agarra muchos globos y se van flotando. Es tan dulce!
Sé que mi subconsciente es mucho menos payaso que yo. Que intenta hacer alguna identificación o referencia, para poder entender mi presente necesito reescribir mi pasado, sin miedo porque los fantasmas no muerden. Así que empecé por llamar a Lucas, pero no lo encontré. Mejor, porque hoy estoy afónica así que mucho no le iba a poder decir.
Quiero recorrer el camino mas largo, llegar hasta mi, dejar de ser un payaso triste para poder abrazarlo y flotar en sus brazos.

viernes, 15 de julio de 2011

Siesta


- Hoy vino Johana- le digo, mientras se sienta al lado mio en el subte
- Es bueno saberlo- me contesta dolido. Vamos a ir al cine, a ver Harry Potter, como para cerrar de manera apropiada y mi manía de cerrar cerca de donde abrió. Y, ¿Por qué necesito ir en círculo? ¿De dónde viene esta necesidad de volver al origen? Como si pudiera volver a ese hotel, a él diciéndome "Hoy vine dispuesto a dejarte. Pero no puedo." Como si esta vez las cosas se resumieran en coger. Mientras nos miramos en el subte, sin decir una palabra, pienso. Pienso que podría matarlo con mis propias manos, o morir en el intento. Pienso que ese hombre que está sentado al lado mío, dispuesto a darme lo mejor de él mientras me castiga con lo peor, es tan ajeno a mi, tan extraño. Lo miro y soy incapaz de reconocerme en sus ojos. Sé que él tampoco puede verse en los míos, por Johana, siempre ella, siempre yo. Johana es un personaje que hice en una obra de teatro hace un par de años. Era la hermana de la protagonista; cínica, frígida, resentida. Me costó mucho encontrar el personaje, hasta que Adrián me dijo "Tenés que imaginártela. ¿A dónde va Johana cuando sale de su casa? ¿Tiene amigos? ¿Qué hace con su vida?" Me tuvo así durante toda la tarde, hasta que salió. Pude envasar y pasteurizar esa parte de mi, para que me defienda cuando estoy demasiado herida, y no salga a menos que se lo permita. Entonces, en el subte, dejé que ella jugara con él, y la verdad sirvió para calmarla, para que se saque un poco las ganas, porque hace mucho que quiere salir con él, y nunca la había dejado.
Fuimos al cine, pero ya no había función, así que sacamos para el viernes, ayer. Cena, y después al depto. A esa altura ya nos habíamos dicho lo suficiente como para estar apenas más tranquilos, pero con todo ese fuego abajo de la alfombra. Llegamos y me desnudó de toque, me acostó en la cama, y yo diciéndole "no quiero coger". Y él: "te pongo en bolas para hablar, no hace falta que cojamos ahora" supongo que los dos quisimos creer esa mentira con patas de cinco minutos, porque después de una semana sin vernos la prioridad era otra.
Después hablamos, tuvimos el segundo round y nos dormimos. Y soñé. Iba caminando con un par de amigos, planeando irnos de vacaciones, y yo veía el fiat 128 que era de mi viejo (lo vendió hace fácil doce años), todo quemado. Y les decía a los chicos "Buenísimo, lo hago arrancar y vamos", y me subía. Abajo, todos con las mochilas mirándome con compasión, como se mira a un perrito que intenta despertar a otro recién aplastado por un camión. Por suerte me desperté, y él estaba ahí. Lo abracé, mientras volvía del sueño, e intentaba espantar las imágenes de mi cabeza, le dí algún beso. Durante todo el tiempo que pasó entre que me empecé a enamorar de él y ahora todos me miraron con compasión, todos me quisieron hacer entender que él no es bueno para mi, que me va a seguir lastimando. Y la verdad que el jueves les hubiera dicho que tenían razón, pero el viernes las cosas volvieron a mutar, sorprendiéndome.
Todo el viernes me apuró, porque se tenía que ir, y sin embargo salimos dos horas tarde del departamento porque no podíamos despegarnos. Volvimos a dormir la siesta juntos, y fue cuando entendí que es eso lo que necesita. Y se abrió, al fin se abrió conmigo y pudo decirme qué es lo que le pasa. Y me dijo que conmigo tiene la responsabilidad de ser un superhombre todo el tiempo, y no entendió nada. Se lo dije. No necesito que me vendas un hombre genial todo el tiempo, porque estoy profundamente enamorada de tus defectos, no quiero un robot que me sonría y me mienta. No necesito que se tensione conmigo como se tensionó siempre en sus relaciones con las mujeres para ser perfecto. Porque no sirve, porque se rompe, se escapa, se castiga. No soy parte de su club de fans, ni quiero estar en la lista de mujeres por las cuales tuvo que reprimirse, odiarse, lastimarse. Porque es entonces cuando deja de ser auténtico, pierde de vista lo maravillosamente imperfecto que es, y se agobia. Me dijo que necesita aislarse de todo, incluso de mi.
Así que me llamo a silencio. Mi hombre imperfecto necesita su trinchera, refugiarse incluso de mi. No tengo un solo motivo para no dejarlo descansar tranquilo.

miércoles, 13 de julio de 2011

Monotributo

Si hay algo que aprendí en todo el tiempo que trabajé de cadete es que en la Afip hay categorías. En teoría los que ganan más también pagan mas, y tienen otros beneficios. En la plena crisis de ayer no nombré un par de flacos con los cuáles (guau, dejà vú) tuve relación. Evidentemente no me importaron tanto. Estaban en la categoría monotributistas, 35 pe por mes sin importar cuánto vendas, hasta un tope que ya no recuerdo, pero pongamos que fueran dos mil por mes. A partir de ahí es mas guita que hay que pagar, pero significa que te está yendo mejor. En esta franja pondría unos cuántos.
No recuerdo si es por cantidad de plata o por área de ventas, pero me parece que después de las 10 lucas ya cambia la categoría, porque se supone que la estás juntando con pala.
Mau estaba en esa categoría. Y todo lo que hace es alejarse, pedirme que lo reempadrone como clase c. Hay partes de mi que le sacarían las uñas del ego con una pinz, otras que lo besarían aún, pero la que decide, la que siempre tiene la última palabra es quien siempre me impulsó a seguir adelante, quien se ríe con él, la que sale a jugar; mi nena interior. Y ahora ella está asustada y tiene miedo de que él nos lastime. Y hoy mientras viajaba a las doce de la noche en el tren, el tramo Villa españa-bernal del Roca, y de ahí caminar a casa, me pregunté hasta dónde me va a llevar mi autodestrucción, mi necesidad de castigo.
Porque tal vez la mujer que aprendí a ser disfrute, aunque me repugne, de Mauro indiferente lastimándome, pero Flor está siendo muy insistente, me dice que tengo que cerrar esta historia, darme por vencida a pesar de todo lo que nos costó estar juntos, porque no se puede seguir en nombre de un pasado tan chiquito. Y quiere que se la devuelva, que le pegue donde le duele así se entera de qué se trata.
Y yo que sé que lo del otro día no se va a repetir. Y Flor que cree que si y por eso me está insistiendo en empezar el duelo. Y yo que no quiero recategorizarlo porque él creció en mi y se ganó dejar de ser un chongo. Y Flor que no me pide permiso para salir a jugar con otros nenes para olvidarse de su amiguito. Y yo que no quiero un 0 km, sino mi Ami8 con la carrocería abollada y el chasis partido. Y Flor que sabe que siempre, siempre tuvo la última palabra.
Y yo que no quiero dejarte ir.

martes, 12 de julio de 2011

Papá y Agus (o de mi esquizoide relación con los hombres)

Supongo que es lógico que ahora encuentren similitudes entre quien soy y la que fui a los 18 años. Las hay.
Estoy hablando con mi viejo, en este momento tengo los ojos a punto de hervir de tanto llorar (recuperé mis lágrimas!) y estoy temblando, no sé si de frío o de tristeza. En todo caso no son tan diferentes. Parece que el mundo funciona de una manera equilibrada, aceitada y perfecta. Que hay pulsión de vida en cada rincón, que papá no dormía cuando yo iba a bailar, que Marina se peleó muchas veces con él por ir a verme.
Y volvieron mis ideas suicidas, y no sé qué hacer, a quién pedirle ayuda. Mauro ahora está con su amigo, fumando y chupando seguramente, y tiene la agenda muy ocupada como para verme, y se la sigue ocupando cada vez mas como para no tener que pensar en mi. Tanta red social, tanto blog para que lo miren y no soporta estar con la única persona que lo ve, qué se yo. Por mi parte, mañana voy a lo de un amigo que es quien ahora está acompañándome a través de estas tristezas, y a pesar de mi misma tuve muchos momentos de intimidad con él los últimos días. Intimidad no sexual, quiero decir. Momentos en que uno realmente se conecta con ese otro tan ajeno y puede sentir su dolor como propio. Segundos, a veces, pero que valen. El sábado le conté de mis intentos de suicidio, de partes de mi pasado, y él se abrió conmigo también, y la verdad que me sentí un poco mejor; menos imbécil.
Papá. Papá es un señor que tiene casi cincuenta años, y con el cuál hasta hace unas horas ni siquiera hablaba. No sé como seguir con la caracterización del “personaje”, está todo muy blandito por acá adentro, mucha carne viva. Yo sé que él me quiere. Y también sé que mi mamá a su manera enferma y distorsionada me quiere también. Sé que él está cuando lo necesito. Lo sé. Pero no puedo entender miles de cosas. Y recién él me hablaba y era sentirme una mierda, sentir que él siempre me cuidó y yo nunca lo vi, sentir que soy yo el problema, que siempre fui yo el problema, que vine mal de fábrica y además estoy toda rota y pegada con cinta scotch (como me decía panda) sólo que nadie se da cuenta que me pegaron mal y ahora tengo una pierna por oreja y una mano por garganta, y las palabras se me van acumulando y no pueden salir cuando tienen que hacerlo, y me voy llenando de bronca, y cada segundo me odio mas y es así como intento descargar contra mi misma. En segundo grado la seño me dijo que usaba mucho la “y”; toda mi vida busqué maneras ingeniosas de reemplazarla. Supongo que hoy me voy a dar permiso de usar esa fucking letra todo lo que se me cante.
“Yo sé que él me quiere” ¿Quién es “él”?, me pregunto. Él es mi papá que a lo largo del tiempo se fue alejando cada vez más de mi, o yo me fui alejando de él, o los dos estamos quietos pero de a ladrillos se fue gestando una pared entre los dos, sin que lo notáramos. Me volvió a nombrar a Emmanuel, me volvió a decir que yo confiaba más en él que en mi propia familia. Que él era mala persona, y probablemente lo haya sido, me haya corrompido y yo ya no pueda volver a ser quien era. Pero yo nunca fui quien era, no. Siempre fui una especie de bola de cosas, “una maraña de sensaciones cayendo a través de un vacío infinito” sin sentido, sin orden, sin razón de ser. Sólo que antes trataba de ocultar eso, todo el tiempo. “Él” también es Emmanuel diciéndome “vos sos todo lo que tengo”, “necesito tu compañía”, “te quiero, piba”, y dejándome sola en un lugar donde no conocía a nadie esperando un micro mientras entendía que las cosas nunca son como nos dicen. Papá me dijo que ahora me estoy portando así, que confío más en Mau que en mi familia. “Él” también es Mau besándome, diciéndome que me ama y que soy su mujer, y despreciándome, descargando sus frustraciones en mi, haciéndome sentir que tengo que agradecer que esté conmigo, que le debo el favor.
Él son todos, y no es ninguno. También es Vg pidiéndome que me case con él mientras tiene un brote psicótico, Mariano diciéndome que soy su princesa mientras planea acostarse con otra, Mario viajando dos horas para verme mientras le dice a su amiga que no me soporta mas, Marcelo negando que me ama mientras hace todo por separarme de Emmanuel… no sé. Supongo que no elijo bien mis hombres, o es sólo que toda la vida sentí que merezco poco, y las veces que me jugué me fue para el carajo. No puedo hablar de mi enojo con mi viejo sin resignificar mi eterno malestar con el género masculino íntegro. Con mi manía de manipularlos, jugar con ellos y al mismo tiempo tenerles una ternura y mimarlos, pero sin bajar nunca la guardia, sin salir de la mano debajo de la lluvia, sin darles un abrazo, sin besarlos mientras cogíamos. Dejando que se descarguen en mi a precio de ser mis juguetes. Mauro no quiere pagarme, así como Emmanuel todavía me lo debe. Por la época de Emmanuel yo también estaba muy enojada con mi papá, y casi por los mismos motivos que ahora. Y él me hizo sentir que era mi derecho reclamar mis derechos, y en casa se armó quilombo. Hoy está pasando lo mismo entre Mauro, yo y mi viejo. Se arma una especie de círculo enfermo, y papá me dice que no entiendo que Mauro no está conmigo, que tengo que entender que los que están son él y mis hermanos. Que no le importa que no haga nada por la casa, que quiere que haga algo por mi. Y yo, con mi herida a cuestas, con mis ganas de morirme la mitad del tiempo, en parte porque siento que no tengo una vida para hacerme cargo, que todo acá adentro está muerto y nunca, nunca mas va a renacer. En parte porque no sé si vale la pena.
Pa, si supieras que siento todo el tiempo que no tengo interior para mostrar, que me lleno de conocimientos para ver si en algún momento me puedo valorar, que pensé, de verdad pensé que este amor que siento por Mauro iba a redimirme, a salvarme de mi propia autodestrucción, que al fin siento que amo a alguien. Papi, si llegaras a ver que el daño ya está hecho, que siento que todos me ignoran, y que vos tenés cierta responsabilidad en eso porque fuiste el primero, el primer hombre en no escucharme. Papu, si pudieras por un segundo imaginarte las cosas que viví de chica, esos momentos en que todo lo que quería era irme al cielo con Oscar porque sentía que él era el único que me iba a querer, que la muerte siempre es el fin del dolor, y probablemente por eso los franceses le digan “pequeña muerte” al orgasmo. Si supieras que mi promiscuidad es otra forma de escaparme de mi misma. Que no sé qué hacer conmigo. Y nunca lo supe.
Pa, te necesito. Necesito que seas un papá bueno que me dice que está orgulloso de mi, un papá que me rete cuando me porto mal y que rete a mis hermanos cuando son malos conmigo, que me prohíba andar por la calle de noche, así no me pasan cosas feas, que me tape a la noche y me deje la luz prendida porque tengo miedo a la oscuridad.
Necesito que te des cuenta que te necesito, y que vengas, y vuelvas a ser mi papá.

domingo, 10 de julio de 2011

Time out

Basta para mi, basta para todos. Me apagué, y supongo que en un par de días voy a terminar el reinicio de sistemas. Estoy cansada de todo.
De los que se arrastran, de los que histeriquean, los que no saben lo que quieren, los que si saben pero aceptan menos por miedo a no tener nada, los que no saben respetar, los que son demasiado respetuosos, los que no tienen huevos. Y no hablo sólo de relaciones sexuadas, no. También hablo de mi familia, mis amigos. Anoche mientras tomaba Baileys casero en lo de un amigo y en plena reunión primero se me terminaron de desbandar los patitos, y después me dí cuenta que dejé más de lo que pensaba de lado por alguien que no está dispuesto a perdonarme. ¿Qué hago? es la única pregunta que me surgió entonces, y mandé un mensaje "Te amo. Tengo miedo. Te amo." Aunque no sé si necesitaba decírselo o decírmelo. Sé que lo amo. Pero a esta altura dudo mucho de qué es lo mejor para mi.
Y contenta por cosas que se dieron anoche, pero triste también. En un momento, la consigna fue "¿Qué es lo más lindo que te dijeron?" Y la verdad no se me ocurría nada diferente a Mau... pero hace tanto. ¿Cuánto tiempo más voy a girar o correr atrás de mi propia cola, sin llegar a nada? No sé si "miedo" sea la palabra.
Necesito un tiempo afuera de mi cabeza.