miércoles, 19 de octubre de 2011

Porqué lo estoy llorando

Lo conocí en verano. Adrián había empezado a tomar clases de teatro con él, y yo realmente necesitaba un escape en medio de la locura que era mi vida en ese entonces. Fue la semana anterior a que Mau intentara dejar a quien ahora es su ex, justo antes de que ella intentara suicidarse, y toda la incertidumbre, la ansiedad y la bronca que vendrían los meses siguientes. Claro que entonces no sabría lo bien que me haría ir a sus clases.
Él me hacía volar en escena, me incentivaba. El grupo era hermoso, y siempre tenía una palabra crítica para mi, lo cual aprecié profundamente. Se involucraba con el grupo (grupo muy heterogéneo, con gente que hacía un par de años que iba, y otros nuevos), nos escuchaba y contenía, y él también compartía sus vivencias con nosotros. Me enseñó miles de cosas en muy poco tiempo, y la verdad que fue un apoyo invaluable. Yo pasaba a escena, y él me iba dictando las instrucciones, firme, seguro. Mi admiración hacia él era gigante.
Después me quedé sin laburo, sin plata, y me dió vergüenza decirle el motivo por el cuál no iba a seguir yendo a sus clases, al método, a su filosofía de vida, auténtica, real. Hoy su facebook tiene un epitafio. Se suicidó. Una de las personas más sensibles, más reales y que me acompañó en un momento crucial de mi vida decidió abandonar el mundo, llevarse su luz a otra parte. Tal vez esté mejor allí, tal vez no exista otro lugar, pero quiero creer que sí. Que él sabe el afecto que le tengo, que sabe cuánto dolió a todos su partida.

lunes, 3 de octubre de 2011

Poemas

I

"Te envío poemas de mi puño y letra/ te envío canciones de cuatro cuarenta/ te envío las fotos cenando en Marbellas/ y cuando estuvimos por Venezuela ... Cuidado, que mi corazón está colgando en tus manos" aúllan Marta Sánchez y Carlos Baute desde "440". Es marzo de 2010 y estoy en clase de teatro, escuchando probablemente por segunda o tercera vez esa canción, mientras dos de mis compañeros la representan. El profesor está decidiendo los papeles para la (pedorra) adaptación a comedia musical que escribió de "Doña Flor y sus dos maridos". La canción en sí no es mala para el objetivo que tiene: fomentar la pelotudez masiva (y adolescente, debo decir) de que uno depende de otro, que está "colgando" en las manos de un otro que tal vez se hinche en las pelotas de tanta colgadez y lo suelte. Suele pasar... sostuve a varios, quiero decir.
En ese momento, mi ¿novio? era Mariano, ya he escrito demasiado acerca de él, más de lo que amerita un chongo al que me mandé la cagada de enseñarle a hablar (incluso recuerdo que una vez le dije "callate, los chongos no hablan".. y bué), y todavía no había invadido mi clase de teatro, cosa que pasaría en agosto, mas o menos. Recuerdo haber pensado que él me la dedicó, y que había buscado la letra en internet unos días antes pero, ante la evidencia de ser un tema tan asquerosamente comercial, pensado para nenas de trece años que empiezan a mojar la bombacha, renuncié a escucharlo para salvar la poca salud mental que me quedaba. En fin, me reí mucho cuando escuché la canción ese día. Internamente, claro. Pero no sólo por lo antedicho (que palabra tan seria) sino porque Mariano le había dedicado a su "princesita de Jazmín" (sic) esa bosta, en una gran demostración de lo poco que me conocía. Para él, yo era "un angelito blanco que me vino a cuidar", "la mujer más perfecta del mundo", "la muñequita de cristal que siempre voy a cuidar"... y paremos, porque vomito. Me había idealizado, había dividido a Agustina en dos. Una parte, "su princesita" era objeto de adoración permanente, todo el tiempo tratando de ponerme por encima de los demás, mostrarme lo perfecta que yo era, lo mucho que me necesitaba, y rogándome que no lo deje, nunca. La otra parte (Johana, entre otros) lo asustaba. Trataba muy bien a la parte que creía conocer y entender, no tanto por amor a ella sino más bien por temor a la otra (si lo pienso, es la base del catolicismo). Y eso que Johana nunca se presentó con toda su fuerza frente a él, nunca "se la aplicó", como dice L.
Pero este, señores, es un problema de la humanidad. Supongo que debe ser la manera que encontró la naturaleza de programarnos para evitar la extinción de la especie.

II

"Ella va a salir esta noche dispuesta a dar/ su calidad/ va a jugar su parte coqueta/ está tan lanzada/ le viene loquear ... cómanse a besos esta noche/ total nadie lo va a notar" Amén. Adrián D'argelos me da su influencia malvada desde "Los calientes". Es sábado a la noche, noviembre 2010, y estoy yendo a encontrarme por primera vez con Mau, llena de nervios. Pero soy de esas boludas que no creen en las casualidades, así que entiendo que el universo me está dando el OK para lo que sé que va a pasar. Y seguí el consejo, claro.
La siguiente vez que salimos Mau y yo, fuimos a ver la primer parte de Harry Potter 7. No estuve muy de acuerdo en ir al cine con el chongo recién estrenado, pero quería ver la peli, y supongo que a él le había quedado pendiente la parte de cortejarme, y eso, ya que fui yo quien lo buscó. Me sentía muy sexy esa noche, creo que vi una película de magia, o algo así, su mano acariciando por abajo de la pollera me complicaba un poco la comprensión de la peli. En fin, cuando salimos del cine nos encaminamos a un telo cercano; iba a ser la segunda vez que estábamos juntos, y yo iba pensando solamente "y si es un asesino, me mata en la esquina y me roba las córneas? pero bueno, 23 años, mal que bien los viví... si me va a matar, que sea..." y entonces, pasó. Su celular empezó a emitir sonidos extraños y cortó la cadena de pensamientos. Tuve que concentrarme automáticamente en no desmayarme de risa ahí mismo. El celular aullaba "Te envío poemas de mi puño y letra..." jaja. Fue demasiado chistoso.
- Es mi novia - me dijo. Y atendió. - Hola, cielo -
Ya fue, al carajo punto com. La mina que estaba del otro lado se había ido a un torneo de Voley (no le voy a pegar gratis porque sería demasiado fácil) a Mardel. Hablaron durante una cuadra, creo. La verdad mi cabeza se fue, y no escuché nada de lo que dijo. Ella estaba hablando con su novio, su amor, su cielo, la parte linda de Mau, la que hay que mimar para que no salga la parte fea. Se estaba portando con él como Mariano solía portarse conmigo. Como todos se habían portado conmigo, incluso a pesar de que el monstruo interior estaba bastante bien atado. Cuando cortó, me preguntó "Las mujeres, ¿perciben estas cosas?" lo miré con perfecta cara de WTF? y le dije que no sabía. No lo sé, de hecho. No sé qué es una mujer.
En el tiempo que siguió, la canción se convirtió en mi enemigo. Cada vez que sonaba había que parar. De coger, de hablar, de besarnos, de lo que fuera. Era un aviso (y nótese hasta dónde llega la pelotudez humana, esas cosas son alertas, no repelentes) de que la oficial quería hablar con mi hombre. Mientras tanto, Mau y yo nos íbamos desnudando cada vez más, tal vez apoyados en la certeza de que no íbamos a durar ni un mes. El problema es que esas partes horribles que todo el tiempo quisieron evitar nuestros ex eran lo que más nos fascinaba del otro. Una mujer puede decirle a su marido "Antes eras más dulce, me regalabas flores", y eso es porque durante el noviazgo el juego es convencer al otro de que somos la persona más perfecta para él, modificamos conductas, escondemos nuestra naturaleza. En el mejor de los casos se hace por amor. Yo nunca aspiré a tanto. El objetivo siempre era tener un garche fijo y un lugar para ir a dormir en caso de pelearme con mi viejo. El día de hoy no puedo reclamarle a Mau que no es dulce conmigo. En primera porque lo es, y de una forma tan nuestra que sólo él y yo podemos entender. En segunda porque antes de ser pareja oficialmente lo más dulce que me dijo fue "Sos muy linda". Así de simple, así de real.
Finalmente, Mau la dejó, creo que está bastante claro el cómo en los post anteriores, y la canción salió de mi vida.

III

 "Cuando estés mal cuando estés sola/ cuando ya estés cansada de llorar/ no te olvides de mi/ porque sé que te puedo estimular/ Cuando me mires a los ojos/ y mi mirada esté en otro lugar/ no te acerques a mí porque sé que te puedo lastimar" Charly. Es una masa Charly. Esa letra la aprendí de memoria antes de poder entenderla. Cuando finalmente la entendí, me pareció tristísima. Supongo que esa tristeza tenía más que ver con el miedo a mis propios demonios internos que con una sensación de soledad. Para ese momento ya había entendido que el único casamiento para toda la vida es con uno mismo, hasta que la muerte me separe. Esta canción es una descripción perfecta de la relación que tienen dos personas que buscan proteger al otro de uno mismo.
Él y yo trabajamos hombro con hombro cada día para seguir juntos. Per no es un trabajo forzado, sino más bien algo natural, placentero. Todos los días me levanto con el objetivo de volver a conquistarlo, de que se vuelva a enamorar de mi, de Johana, de todos nosotros. Y él todos los días me muestra su amor, y juega conmigo para mantenerme enamorada de él, al mismo tiempo que me apoya y me contiene, me escucha, y me muestra sus flaquezas para que lo acompañe en su caminata.
No voy a caerme si me suelta, ni él va a caerse si yo lo hago, porque somos dos personas completas amándonos, construyendo un futuro sumamente prometedor basándonos en un presente perfecto. No tengo miedo a su parte horrible, porque compartimos la sombra. Y él ya no intenta alejarme cuando está mal, sino que busca mi mirada para poder sacar todo ese pus, así como me ayuda a sacar el mío. Es increíble la paz que se siente el saber que uno es amado por quien es y no por lo que el otro quiere creer que uno es. La satisfacción que se siente cuando se dice todo el tiempo toda la verdad, sin ocultar nada, sabiendo que el otro va a entender porque está tan rayado como uno. Que somos hojas en la cual el otro está mas que autorizado a escribir con millones de errores de ortografía.
Poesía es saber que su mano estrecha la mía mientras caminamos juntos.