martes, 26 de enero de 2010

Exorcizame

El sábado fue un día mas que largo, eterno diría. Terminó de ser sábado a las 8 de la mañana del domingo, saquen la cuenta. Anduve todo el día de acá para allá, y finalmente recalé a las 22.30 en la casa de un amigo de Adrián, mi besto, por el cumpleaños de dicho amigo, Juan. La casa en realidad no era de Juan, pero eso todavía no lo sabía. Me divertí tanto, bailamos un montón, fui maquilladora de los chicos (son el grupo de teatro de Adri), que prepararon una obra para el cumpleañero y estuvo muy lindo. So gay, so cute. No pude ver la obra completa porque estuve en bambalinas, ayudando a los chicos a cambiarse y maquillarse, pero tengo varias fotos que sacaron por mi.
Cuando la obra, que había sido en el patio, terminó, me quedé adentro ayudando a los chicos a demaquilarse, etc. además, me gusta estar en bambalinas. Cuestión, había un pibe que estuve fichando gran parte de lo que iba de la noche, pero como éramos mitad y mitad heteros y gays, no había hecho nada por acercarme a él. Hasta que en un momento se puso un gorro de vaquero (juas!) y le dije riéndome “Ese gorro de Secreto en la Montaña…”, “todos los Cowboy no somos así… además, yo soy un gaucho” me dijo, y volví a reírme (targeting…). Un rato después, me lo crucé en el comedor, una cosa llevó a la otra (no voy a cometer la idiotez de culpar al alcohol ni nada de eso; soy fácil y punto) y terminamos a los besos en su cama; la casa era de él.
Estábamos en eso de besarnos cuando intentó acariciarme la espalda, por debajo de la remera. Me separé de él de un empujón, y mirándolo, seria (cuestión que el pibe ya me iba a pedir perdón), le tiré un
- Pará nene, tenés forros??.- Creo que casi se infarta. Tengo que aprender a ser menos directa.
- Si, ovbio.- Atónito.
- Entonces – le digo, levantándome - voy a apagar la luz… la puerta tiene llave? –
- Si, pendejita.- jaja, pendejita. Lo volvía loco pensar que me lleva 9 años.
Mientras todos bailaban malagata o alguna otra banda pedorra de cumbia de los 90’, él y yo cogíamos en su cama de plaza y media, escuchando heavy. Ja!
Después, volvimos a la fiesta, cada uno con su grupo de amigos. Jorge, uno de los compañeros de teatro de Adrián, aprovechó el parecido que tenemos para ir a decirle que era mi hermano, y apurarlo, fue muy divertido (bueno, calculo que no para él). En un momento, él entró a pedir un remis y yo lo seguí, nos dimos un par de besos, me invitó a que me quede a dormir. Le dije que lo tenía que pensar (mentirón) y un rato después le dije que si. Una vez que se fueron todos, tuvimos otro encuentro cercano, y nos dormimos. Me despertó a las 10, obviamente no tiene idea que me levanto de un humor terrible, y mas cuando duermo poco. Pero me besó y se esfumó mi mal humor. Fue una experiencia diferente, de a poco me fui sacando el mal sabor de boca de los pendejos que están en estrellita, o los que te llaman para dar lástima. Me exorcizó a fuerza de besos y malas palabras.
Una hora después, me vestí y volví a casa. En el camino pensé en la noche, en Fran, en Mariano, en… bueno, en todos. Y me doy cuenta que sola estoy mejor. Un amigo me dijo una vez “Hay épocas de sembrar y épocas de cosechar. Quedáte tranquila, y sembrá cuanto puedas, ya vas a recoger los frutos”. Será de esperar la primavera.
Mientras tanto, Emily Rose sólo quiere divertirse.

domingo, 3 de enero de 2010

Con el pie izquierdo

El año pasado terminó muy mal, y el 2010 empeó de la misma manera. Como si nada, Fran y yo terminamos y, mientras sigo examinando mi parte de la culpa, me pregunto si de verdad está pasando todo esto. Al parecer, no valgo ni una charla, ni una salida mas, una despedida. No importa todo lo que hice por él, no importa que lo haya esperado tanto ni que juntos la pasáramos tan bien, no importa todo lo que nos prometimos mutuamente, nada de eso importa. No hoy, no para él.
Me porté mal, es cierto. Le dije cosas que ni siquiera pensaba, me porté como una pendeja. Sé que nada de lo que haga ahora va servir, que Fran ya decidió por los dos. Y me duele… tanto. Anoche salí con Naty, era su cumpleaños, me presentó a su chica, y a Lali, una amiga de ellas, fuimos a bailar a un boliche gay. Ya estaba medio puesta cuando salimos del monoambiente, asi que media hora despues de entrar mi mareo fue absoluto. Necesitaba salir y emborracharme, escaparme un ratito de mi. Llegué a las ocho a mi casa, y me conecté al msn, para hablar con Fran, simplemente sabía que él iba a estar conectado. Me desadmitió. Le mandé un mail, sin la más mínima esperanza de que contestara, y no me contestó.
No sé cuánto tiempo me va a llevar superarlo, hacía mucho que no sentía cosas por alguien, pero sé que voy a poder. A pesar de que no me haya dado la chance de hablar con él en persona, de darle un último beso. A pesar de que para él valgo menos que un café de dos pesos con cincuenta (o ni siquiera), y quince minutos de charla.