domingo, 28 de octubre de 2012
Ignorancia
martes, 2 de octubre de 2012
Otra vez
Me mira. Entiendo esa mirada, de cachorro tierno, de por favor no sigas, que ví tantas otras veces en tantos otros ojos. Entiendo que la próxima vez voy a preferir no estar porque lo quiero, y es una persona excelente. Porque ya lo siento como un amigo, porque se que como amigo es fiel hasta los huesos. Mi hombre se ríe, en la punta de la mesa, que le corresponde por ser el hombre de mis sueños, de mis pesadillas, y de la casa, y sé que no ve lo que yo veo. Su (nuestro) amigo está a su izquierda, y yo a su derecha. Unos fernet y Capusotto completan el cuadro. Nos reímos, escuchamos música, y esa mirada de nuevo, y la puta madre, pienso, no hables, no sonrías, no quieras seguir siendo amiga de él, dejá de soltarte tanto, pelotuda, acordate de lo que pasa cada vez que te soltás.
"Lo que pasa" es que históricamente, sin excepciones, mis amigos se enamoraron de mi. Y es como un karma, como si no pudiera relajarme y ser yo porque atraigo. Pero, como pasa siempre, también pienso que el hecho de que su matrimonio esté trastabillando hace más de un año le hace desear no tenerme, si no tener una relación así. Todos quisieran esto, en realidad, pasa que nadie se anima.
El peor momento llegó cuando él se puso mi sombrero cowboy (regalo de un viaje de mis tías) y me miró como si me fuera a montar. Entonces Mau le dijo que era mío, él sonrió, y yo me dediqué a hacer de pendeja boluda el resto de la noche, pendiente de mi celu, lejos de la reunión. Me repito que no es conmigo, no es conmigo, no, no es. Sé que no va a intentar nada, porque tiene muchos códigos.
Capaz fue el fenet, o Capusotto, o que veo visiones. Capaz es que ya vi esa mirada antes, alguna vez...
sábado, 22 de septiembre de 2012
La puerta
Siempre lo suyo es peor. Siempre tuvo un mal día o se sintió presionado o le pasó algo malo o no le gusta lo que hace o cualquier otra cosa. Siempre tiene mas problemas que yo, su familia lo trató peor, no sabe cómo manejar a sus hijos o no está de humor, o su ex lo emputece. Y siempre estoy yo conteniéndolo, escuchándolo, acompañándolo, ayudándolo en todo lo que puedo, haciendo cosas que no me gustan para que podamos seguir adelante, tratando de ponerle onda todo el tiempo, de sonreír, de excitarlo, de sacarlo de algo, porque cada vez es una cosa diferente, porque de a poco voy sintiendo el nudo mas apretado alrededor de mi cuello, y ni siquiera puedo decírselo. Porque él no está de humor, o tuvo un mal día, entonces no puedo cargarlo con mis pesares, o porque se alinearon los planetas y nos estamos riendo juntos, entonces para qué arruinar el momento.
"Me conociste así" me dice enojado, en tono de reproche si de casualidad estoy demasiado mal como para seguir sonriendo y le muestro un poco de lo que me agobia. Y qué le puedo decir, si es cierto. Pero antes no importaba, porque esa tristeza no le impedía jugar, hacerme sentir suya con una mirada o tener una noche de sexo salvaje en varios rounds. Antes también era así, es cierto, pero el mundo no se metía entre él y yo cuando nos abrazábamos. Ahora me queda el gusto a poco, el miedo (o la certeza) de que ese hombre que me enamoró a fuerza de ser mío cuando estábamos juntos, de hacerme sentir suya, se fue para nunca mas volver. O tal vez esta vez sea yo la que tiene un mal día.
Lástima que seguro él está peor y ya nunca mas me va a llevar por la puerta para ir a jugar.
jueves, 2 de agosto de 2012
Porque estás adentro
Con tantas cosas en la cabeza, sumados un par de problemas más, evidentemente me olvidé de decirle a Mau quiénes eran las personas de la salida de ayer. El martes, ella me avisó que iba a ir un amigo del novio, en lugar de Octavio. La cena era gratis, por unos cupones de ella, con lo cuál la salida era de ella. Nos juntamos en su casa, y pensé que el otro flaco se iba a sumar estando en el boliche. Cuando llegamos y no lo vi, le pregunté a mi amiga, y me dijo que no iba a ir. Entonces, le pregunté si le podía avisar a Mau para que fuera, me dijo que sí. Ojalá nunca lo hubiera hecho.
Llegué a casa como a las doce, él estaba despierto y tenso, con una almohada tapándole la cara, boca arriba en la cama. Discutimos, o mejor dicho, me escupió su enojo, me lastimó con las cosas que me dijo, se fue a dormir a la pieza de sus nenes. Me puse a llorar de rabia, de impotencia, de sentir que me estaba dejando sola porque si, que su orgullo es mucho mas importante que yo. Pensando en todas las veces que me tragué mi orgullo por él, pensando en que me había vuelto a lastimar porque sí. Llegó a decirme que Maru pensaba llevar un amigo de su novio para que me lo coma. Él volvió de la pieza, enojado pero más tranquilo (menos agresivo), y hablamos un rato, hasta que se levantó y se fue al comedor. No entendía nada de lo que estaba pasando, no supe porqué tanta bronca hacia mi. Entonces pensé que estábamos tan bien que lo único que él quería en ese momento era que estemos mal. Lo fui a buscar, volvió, se lo dije, trató de abrazarme, y yo todo lo que quería en ese momento era irme de mi, que me tragara la tierra, que se termine el dolor. Volvieron a mi cabeza miles de cosas feas, cómo él disfrutaba de torturarme cuando había decidido dejarme el año pasado, me llené de dudas, lo miré y era un desconocido, igual a todos, y por primera vez me sentí infinitamente sola estando en sus brazos.
Después de un rato de charla, cogimos, porque no soportaba más la situación, necesitaba dormir, irme lejos de él, protegerme. Todo se había vuelto siniestro. Hoy a la mañana me dijo que sintió que a mi no importó que el supiera o no con quiénes iba a salir. Me olvidé de decirle, según parece. Ese era todo el problema. No importa que lo aliente para que se anote en un seminario que le interesa, que le busque lo que él necesita por internet, que me preocupe por lo que vamos a cenar o que busque salidas para hacer con sus nenes, no importa que él haya estado mal y yo haya estado con él, levantándolo, todo el tiempo, no. Soy una hija de puta que le miente u omite cosas para reírme de él con mis amigos. Soy una forra que no le dice las cosas. Eso es lo que importa. Y lo que anoche se rompió, sigue doliendo, sigue roto. No sé bien qué es, y de hecho estoy considerando pasar un par de días en otra casa. La de mi viejo, tal vez, aunque antes que eso prefiero dormir en la plaza.
Lo único de lo que estoy segura ahora es que me duele. No deja de doler Mauro adentro mío.
domingo, 29 de julio de 2012
Hablen
Y?
De a pasitos voy llegando hasta mi. Me conozco. Lo que digan de mi no va a decir nada de mi, sino de quien lo dice. Me acepto, con mis luces y mis cavernas oscuras. Me disfruto, y en ese disfrute puedo amar. Y dejé cosas atrás? Sí. Y, ¿el precio que me hicieron pagar fue alto? Sí. Pero más alto para quienes me sacaron de sus vidas. Todos aquellos que me dijeron que iban a estar y no mandan ni un mensaje. Porque son buenos y yo mala, o inteligentes y yo boluda, o lo que sea. Me decepcionaron mucho, es cierto. Pero lo haría de nuevo, porque ya no estoy en el carnaval, ya colgué la careta, los brillos, las mentiras. Esta fiesta es mucho más divertida, porque la música nace de mi.
Aunque sea (o no) como dicen que soy.
domingo, 15 de julio de 2012
En aguas profundas
Hace mucho tiempo, en un lugar muy cercano, Johanna conocía a Mauro. Despacio se iba enamorando de él, feliz por todas esas cosas que nacían en su interior. Veía crecer jardines frondosos, que se poblaban de mariposas, unicornios, pajaritos, y libélulas. El amor había inundado cada rincón de su desierto, y podía sentir todo aquello que siempre había creído inexistente.
Al principio dudó, tuvieron que pasar muchas tormentas hasta estabilizar el barco, pero la fe en ese amor avasallante que sentía era el motor que la hacía seguir luchando. Una sonrisa, un beso, una noche de sexo salvaje, una caricia, un chiste, todo era motivo de deleite, cada segundo que pasaban juntos era el mejor momento de su vida. De lo que empezaba, apenas, a sentirse como su vida.
Y creyó que siempre sería así, que por una vez estaba teniendo el amor que merecía.
Pero todo lo que sube, baja. Es la ley de la vida. De a poco, él se fue alejando de sí mismo, se fue olvidando de cómo era ser Mauro. Y ella trató, trata, todo el tiempo de seguir viendo al hombre que la doblegó, el único que pudo domarla. Ese hombre no está. Se fue a dormir, o lo echaron, y en su lugar dejaron a un chico inconforme con todo. A alguien que por mucho que ella se esfuerce no va a poder hacer feliz.
Es muy triste la sensación de inminente sequía. Las mariposas migraron a un clima mas cálido, los unicornios volvieron a sus cuevas, los pajaritos tienen asma y las libélulas se quedaron sin luz. Y de a poco, el jardín está volviendo a ser un desierto. Es triste sentir que la arena tibia se escurre entre los dedos. Casi tanto como caer en un lugar común. La convivencia no es lo que provoca el desencanto. No.
Lo que desencanta es sentir que hay un solo par de remos en actividad, que el capitán está mirando boludeces y llorando en lugar de ponerse el gorrito y comandar la nave.
jueves, 17 de mayo de 2012
Middle
¿Y ahora?
martes, 15 de mayo de 2012
Como sea
jueves, 10 de mayo de 2012
Sola
jueves, 22 de marzo de 2012
Bestias
Caminó dos metros antes de escucharla correr detrás. Reconoció apenas los pasos, justo a tiempo para esquivar el golpe, y ambos rodaron sobre la hierba fresca. Ella se incorporó rápidamente, con el cuchillo incrustado entre su tercer y cuarta costilla. La sangre comenzaba a brotar, con una calma tibia. Él la interrogó con la mirada.
-No podía dejarte ir.
-Tarde, rubia. Vos me echaste, todos me odian y me culpan de un crimen que no cometí.- suspiró, contemplando la mancha púrpura que se iba agrandando cada vez más rápido- Dos crímenes.
Ella abrió los ojos como nunca, y se acercó a él, intentando abrazarlo, retenerlo hasta el fin de su vida. Él no iba a darle ese último deseo, no se lo merecía. Además, la noche se estaba cerrando y pronto todos iban a notar la ausencia de la chica linda; no podía demorar ni un minuto más. Volvió a acomodar la mochila en su espalda, y cortó una margarita.
-No te vayas, mi amor.- Le pidió, pero se estaba mareando, y casi sin darse cuenta fue tendiéndose en la hierba.
-Rubia... ¿por qué?
-Por que sos mío, porque ella nunca iba a permitir que te quedes conmigo, Lobito, nunca. Tuve que hacerlo.
Él corrió un mechón de pelo de la nariz de ella, y la besó húmeda, largamente. La miró a los ojos.
-Te hubiera llevado, ¿sabés? pero sos una pendeja. Mentiste a todos, dijiste que yo la había matado. Ahora me doy cuenta que fui un capricho para vos. Me voy, nena. Ya es tarde. Ya llegaste tarde a todo.
-Amor... - lo vió escaparse entre los árboles, deslizándose con el último destello del sol. Un frío enorme le invadía de a poco el cuerpo. Se aferró con todas sus fuerzas a la margarita que él le había dejado entre las manos.
Amanecía cuando los primeros perros encontraron el cuerpo, recostado en el bosque. Su piel estaba mucho más blanca, y parecía un ser de otras tierras, una ninfa, o una diosa, tan pálida, tan frágil la carita rodeada por la caperuza roja.
lunes, 19 de marzo de 2012
Cuento para dormir acompañado
Por primera vez en mi vida tengo algo por qué luchar, te decía. Y, la verdad, no me va a importar las cabezas que tengan que rodar para asegurar mi supervivencia, ya que me crié en la jungla. Ni tuve un papá que me regalara un auto, ni una mamá que me preparase el almuerzo para llevarme al trabajo todos los días. No. Solamente recibí golpes y decepciones de parte de mis viejos, y aprendí a respirar solita, y a golpear todas las puertas que fueran necesarias para seguir adelante. Vos no sabés lo que es buscar trabajo sin tener nada para comer en tu casa, no sabés lo que es sonreir mientras no llegás a juntar la plata para el alquiler, no sabés lo que son los golpes, cómo la vida te enseña la ley de la selva. Por eso mismo detesto cuando veo tus mentiras, cuando veo cómo te creés mejor que los demás por tener un apellido... la arrogancia hay que ganársela, sabés? Y vos no hiciste nada para tener la tuya. Pero está bien, estás arriba. La gente que nació arriba es como vos, siempre. Por ahora, dame lo que me corresponde, y no me ves más.
Y un día, alguien como yo va a estar arriba de tu hombre (porque las cosas así no funcionan, porque las princesas sólo sirven si se pueden ensuciar con semen y disfrutarlo), y nada de todo tu mundo va a valer ni va a servir para sacarte el asco de adentro, el dolor de tantos años tirados a la basura por un par de tetas. No van a importar ni tus zapatos, ni tu apellido ni tu título, porque a la cama se sube desnudos. Y ese va a ser el golpe que te va a marcar, y entonces tal vez puedas ver la vida desde otro lado, entender que la vida no es un ramo de flores, una cena y compartir cien anécdotas. O tal vez no, tal vez seas del todo como tu amiga, la embajadora de la superficialidad, y sigas creyéndote todas esas pelotudeces y tu vida se convierta en un naufragio eterno y árido, en la eterna espera del príncipe azul, en la eterna defensa de convenciones sociales, en la eterna cegera de ser un típico prototipo para poder sentirte mujer.
Y ya no tengas nada que perder, porque te perdiste.
Nunca lo voy a saber, voy a estar con mi ogro haciendo y deshaciendo el amor, cuidándolo, amándolo. Porque los ogros tampoco existen, así que tengo que cuidar muy bien al mío.
jueves, 15 de marzo de 2012
Primer año de vuelo
lunes, 13 de febrero de 2012
Buenas noches
Y tuve un sueño, que paulatinamente se convirtió en pesadilla. Mi viejo, mis tías, mis hermanos en casa, en el cumpleaños de Mauro (que fue el viernes). Una conversación casi circunstancial me hizo saltar la térmica, y empecé a romper los platos contra el piso, mientras le gritaba a mi viejo: "Para qué mierda me trajiste al mundo si no sabés ser padre?? Si no tenés idea lo que es cuidar un hijo" Todos me miraban azorados, dolidos. Él no. A él le daba lo mismo. Entonces me parecía ver algo moviéndose abajo de la mesa, y era una beba, con pañal. Yo me acercaba a ella, quería levantarla en brazos, protegerla de mi propia bronca. Progresivamente se transformaba en mi a los tres años. Estaba asustada, y me abrazó fuerte. Entonces supe que la iba a cuidar. Por esa cosa de los sueños, aparecí en el jardín de la casa de mi abuela. Pero en el jardín que tenía antes, lleno de miles de plantas, casi selvático. Entonces mi tía salía a colgar la ropa, y yo entraba, y empezaba a abrir todas las puertas y ventanas para que corra aire. Tenían el televisor viejo... toda la casa era como antes. Hace por lo menos 16 años que la refaccionaron. Entonces yo miraba el televisor, apagado, y escuchaba como una música. Por la puerta veía a mi tía abrazando las sábanas y bailando, con la mirada dislocada, perdida. Y entraba bailando, y a mi me daba vergûenza estar en ese momento tan íntimo de ella, en el que se acordaba de Juan, su ex novio. Juan era el novio de mi otra tía, ella lo dejó hace mucho ya, y hará cosa de un año nos enteramos que hacia como dos años que había muerto. Era mi tía bailando con su ex novio muerto. Era siniestro por lo menos.
Me desperté de golpe, aterrorizada por el sueño y por los ruidos del piso de arriba, y estaba sola en la pieza. mauro se había encontrado de casualidad con una amiga, y me había dicho que se fueron a tomar algo, así que no quería molestarlo, pero tenía pánico, y le mandé un sms. Me llamó y me calmó de a poco, y pude dormirme sólo después de masturbarme. Qué mejor manera de espantar miedos infantiles que mostrarme que ya no soy una nena?
Y hoy me despertó Mau, muy rápido casi, me llevó hasta la ducha. Yo necesitaba un poco de abrazo, pero no había tiempo. Y tengo que reconocer que estoy un poco enojada con él porque todo empezó con una charla que tuvimos. Como si hubiera tirado la piedra y escondido la mano, como si se hubiera ido cuando más lo necesitaba sin ánimos de volver. Sé que no es así, sé que esta noche a mas tardar me va a dar todos esos mimos que necesito, y me voy a dormir en sus brazos sin hombre malo ni pesadillas ni ansiedad.
Mi papá - parte 1
sábado, 11 de febrero de 2012
Una de los Baba
"Esta no es tu casa, este ya no es tu lugar/ huye conmigo, abandona a los demás" Mi novio me había puesto una condición al volver. Irnos a vivir juntos. No tenía ganas de cumplir la promesa, pero tampoco de seguir viviendo en esa casa. Fuimos a ver algunos departamentos, y yo pensando que él nunca iba a estar a la altura, que a mis 23 años ya había criado demasiados hijos ajenos. No sería ese el camino. Para poder salir de ahí, primero tenía que vernos. Ver cómo funcionaba el sistema "casa" completo, desde lo más afuera posible. Paralelamente me había anotado en la facultad, en el horario de la tarde, para poder llegar después del trabajo. Una materia en avellaneda, la otra en Capital. Para ese entonces, Capital era, en mi cabeza, sólo una masa de gente moviéndose entre edificios, y no se extendía mucho más allá del microcentro.
"Hiciste el bolso y te pusiste el pantalón/ aquel que más mujer te hacía/ con el silencio de la noche de telón/ mientras dormía la familia" Conseguí laburo en un call center al que mandé un CV cuando me dí cuenta que era la única opción para entrar rápido a laburar. Mi viejo se opuso rotundamente, ya que la opción para seguir en la facu era laburar de noche, era un lugar de alta rotación, y yo me merecía algo mejor. A diferencia de él, sentarse a esperar no era una opción para mi. Mientras tanto, mi hermana cambiaba de novio y mi hermano conocía a su primer novia. Mi viejo se volvía cada vez más huraño, más imbécil, y mi novio me reclamaba dulzura y ternura; dos cosas que no podía darle porque no me nacían hacia él. El proyecto de irnos a vivir juntos había naufragado gracias a que no tenía trabajo. Gracias.
"Esa no es tu casa, ese ya no es tu lugar/ huye conmigo, abandona a los demás" Septiembre. Empiezo a trabajar en el call, y conozco a mis compañeros de team. Eran veinte mas o menos, pero uno de ellos hizo un chiste. Usaba sombrero e hizo un chiste que no entendí. Empecé a perder contacto con mi familia, dormía al revés que ellos, cursaba en la facu, estudiaba. No tenía tiempo para nada. Mi tía de San Telmo me ofreció su casa para dormir, y acepté. El silencio de llegar allí y que no haya nadie, la paz de estar sola, de quererme sola, de saberme sola. Mis hermanos me extrañaban, los veía poco y ya empezaba a verlos un poco más de lejos.
"Nos encontramos en Plaza Constitución/ y no sabías a dónde ibas/ con la certeza y la humedad en tu corazón/ que un paso atrás ya no darías" Octubre. Las cosas empiezan a quebrarse. Estudiar en casa es imposible, y empiezo a no volver en la semana. A mi viejo casi ni lo veo. Con mi novio las cosas están atadas con hilitos. Lo ascienden en el laburo; de pelotudo auxiliar a pelotudo medianamente importante. El chico del sombrero y yo cruzamos algunas palabras, me hace reír siempre. Me doy cuenta que está tan loco como yo, y lo deseo, quiero sentir su cuerpo, su piel, saborearlo, empacharme de su semen. El 31 le pinto la cara con la yema de mis dedos. Lo deseo más que nunca. Mi novio me reclama que quiero sexo más a menudo que de costumbre; ni siquiera sospecha que pienso en el chico del sombrero mientras cogemos.
"Huye conmigo, fugate de aquí" Noviembre. Me toca un día de mierda en el trabajo, y el chico del sombrero me contiene, me da un abrazo, y un beso en la comisura de los labios. Dos días después junto envión, anoto mi número en un papelito y lo dejo en su escritorio. Esa semana vamos a tomar algo, y no importaban las palabras, él acariciaba mi hombro. Caminamos unas cuadras y me roba un beso. Le mando un mensaje diciéndole que sé que nos vamos a llevar bien en la cama. Al día siguiente un parcial, y mi novio diciéndome que se va a pasar el día a la casa de una compañera de laburo. Gracias nene, no sabía cómo dejarte. Mi familia es ruido blanco, casi no los veo. El sábado veo al chico del sombrero en Face, y acordamos encontrarnos en la puerta de un telo, a las doce. Pidió un turno, aunque podríamos haber pedido dos de una, pero supongo que me quería probar antes de decidir. Me pareció bien. Cogimos como si nos hubiéramos tenido ganas por siglos. Cuando llamaron de la recepción, pidió otro turno y algo para tomar.
Eran más o menos las 4 cuando Mauro y yo nos dormíamos abrazados por primera vez.