domingo, 28 de octubre de 2012

Ignorancia

"Ya no sé" acabo de escribir en face. Es así de simple: ya no sé qué te gusta, qué no, qué decir o qué hacer. Ya no sé qué está bien y qué mal, cuáles son las palabras para hablarte sin que te moleste o te sientas vulnerado, no sé cómo vas a tomar las cosas que siento. Últimamente tengo que usar un manual para entenderte, y otro para que vos entiendas las cosas que digo. No tengo ganas de seguir así, la verdad. Me estoy esforzando por hacer las cosas todo lo bien que puedo, y seguimos mal. Y me presionás todo el tiempo, y sé que estás triste, y en ese estar triste te aferrás a mi como si fuera el último tronco en una corriente salvaje,  pero no lo soy. Soy una mujer, tu mujer. 
Duele que te olvides de eso. Duele haberme quedado sin forma de que lo entiendas, no saber qué más puedo hacer. 

martes, 2 de octubre de 2012

Otra vez

Me mira. Entiendo esa mirada, de cachorro tierno, de por favor no sigas, que ví tantas otras veces en tantos otros ojos. Entiendo que la próxima vez voy a preferir no estar porque lo quiero, y es una persona excelente. Porque ya lo siento como un amigo, porque se que como amigo es fiel hasta los huesos. Mi hombre se ríe, en la punta de la mesa, que le corresponde por ser el hombre de mis sueños, de mis pesadillas, y de la casa, y sé que no ve lo que yo veo. Su (nuestro) amigo está a su izquierda, y yo a su derecha. Unos fernet y Capusotto completan el cuadro. Nos reímos, escuchamos música, y esa mirada de nuevo, y la puta madre, pienso, no hables, no sonrías, no quieras seguir siendo amiga de él, dejá de soltarte tanto, pelotuda, acordate de lo que pasa cada vez que te soltás.
"Lo que pasa" es que históricamente, sin excepciones, mis amigos se enamoraron de mi. Y es como un karma, como si no pudiera relajarme y ser yo porque atraigo. Pero, como pasa siempre, también pienso que el hecho de que su matrimonio esté trastabillando hace más de un año le hace desear no tenerme, si no tener una relación así. Todos quisieran esto, en realidad, pasa que nadie se anima.
El peor momento llegó cuando él se puso mi sombrero cowboy (regalo de un viaje de mis tías) y me miró como si me fuera a montar. Entonces Mau le dijo que era mío, él sonrió, y yo me dediqué a hacer de pendeja boluda el resto de la noche, pendiente de mi celu, lejos de la reunión. Me repito que no es conmigo, no es conmigo, no, no es. Sé que no va a intentar nada, porque tiene muchos códigos.
Capaz fue el fenet, o Capusotto, o que veo visiones. Capaz es que ya vi esa mirada antes, alguna vez...