sábado, 5 de febrero de 2011

Atemporal

Se acaban de ir. Los ayudé a armar los bolsos, la comida, la ropa de cama, el botiquín, a subir todo al auto. Los saludé desde la puerta mientras se iban, después de haber abrazado a cada uno. Sonreía, intentando trasmitir que estaba todo bien, que estoy feliz por ellos. Permanecí en la puerta hasta que doblaron en la esquina, entré intentando acomodarme a la situación (que ya estaba planeada, pero andá a decírselo a mi sensibilidad), me acosté en posición fetal en la cama de papá, mientras Mew (desde 156) largaba un desgarrador:

Most of our lives we try so hard
To find the time

Don't you just love goodbyes?

Okey, mi tendencia a la autodestrucción en cinco segundos
mientras me torturo con música es mas astuta que mi instinto de conservación. Lo admito. Lloré, claro, pero mucho menos de lo que sentía. Todos estos sentimientos y ninguna brújula. Es una semana, son vacaciones, sé que van a estar muy bien... aunque no tanto como si hubiera ido con ellos, todos me dijeron que me van a extrañar y apuesto mis huesos a que así es. Acá quedó mi gata y la casa, tan estúpidamente grande para uno solo, para una solita, para mi que cuándo voy a crecer y ser grande y fuerte y tener una aceptación de cosas que no tengo, que me juega en contra y me tortura. No es para tanto, y lo sé, pero las vacaciones familiares son el único momento en el año en que compartimos tiempo los cinco juntos, que hacemos cosas, que nos reímos con la libertad que tiene el no necesitar mirar la hora, el no tener tiempo real, ni correr, ni atender el teléfono, ni me quedé dormido y me van a matar, ni no puedo, tengo que trabajar/ estudiar/ ver a mis amigos/ novi@. Creo que es eso lo que me pasa, la necesidad del arena fuera del reloj, de flotar sin tiempo, de reír sin tiempo, de vivir tan libre como todos debiéramos ser, aunque nos hayan enseñado que la anarquía siempre es un quilombo. Y ellos. Allá tu, acá yo. Ya los extraño. Ya me preocupo de que se pongan protector solar, de que a Marina no la agarren las aguas vivas (tiene un problema serio, las atrae... o las muy putas planean conquistar el mundo empezando por ella), que L no se queme con el sol porque se resiste a usar protector y siempre termino obligándolo con alguna negociación... que cuiden a papá.
El martes viajo para allá, y me quedo un puto día. Viaje -cierre- relámpago. Al menos me tocó el asiento 13, tanto de ida como de vuelta (con todo lo que implica ese número), así que supongo que es buena señal. Eso, si creyera en señales. Por un rato, hagamos de cuenta que si. Pero el esfuerzo que representa tanto quedarme como ir por un día (con 14 hs. de viaje) lo vale. Ellos lo valen. Así que buen viaje, mis amores.
Aunque no tenga tiempo para acompañarlos.


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