sábado, 6 de marzo de 2010

I'm back, baby...

No quiero hablar de esto, pero tengo que hacerlo. Hay una necesidad imperiosa, una pulsión, como me explicó él anoche, que me lleva a poner esto en palabras. Es la primera vez, soy tan virgen, tan casi virgen en algunas cosas… carajo. Lunes, mensaje de Maru: sábado en la plaza San Martín, a las 18.30, no llegues tarde, avisale a Naty. Buenísimo, sale juntada, pensé. Al final, dos de los que iban no fueron, Naty tampoco. Éramos 4: Maru, su novio, Octavio y yo. Cuando lo vi, pensé “Estas hecho mierda” lo saludé, le dí un regalo de cumpleaños a Maru, y él me dijo “y a mi qué me trajiste?” seria, le dije “Pelo” y nos reímos. Está casi pelado, obvio, y tiene mi edad, un bajón. Fuimos a jugar al pool, y cuando salimos vinimos para casa a comer unas pizzas. La reunión estuvo tan buena, me reí tanto con ellos, sobre todo con él. Maru y Adrien se fueron a las 11:30, quedamos él y yo… y mis hermanos.
Maru, Naty, Octavio y yo hicimos la secundaria juntos. Éramos lo que comúnmente se conoce como “tragas”(a excepción de Naty), por lo que siempre hablábamos mucho, nos hicimos amigos. Cuando terminamos, él empezó en Medicina, Maru se fue a Bioquímica, y yo a Biotecnología, carrera que abandoné. Maru, Naty y yo nos seguimos viendo, pero él se fue alejando del grupo, la carrera no le deja tiempo para nada. Este año decidió tomárselo libre, era eso o pegarse un tiro. Cuando éramos compañeros de curso, él me gustaba, en el último año le tiraba palazos constantemente, tanto que todos se daban cuenta… menos él. Con el tiempo, y debido a su indefinición y mi falta de experiencia para el encare, nos distanciamos; hacía dos años o mas que no lo veía. Está hecho mierda, no lo voy a negar, pero me gusta. Tenemos una conexión mental más que interesante, lo que me asusta a la vez que me fascina. En sí, tengo miedo de hacerme ilusiones y que todo salga mal.
Cuando se fue Maru, hablamos un montón, y me explicó cosas de psicoanálisis, de la escuela de Freud, que había aprendido en una materia. En un momento, lo llevé a mi pieza para mostrarle unas fotos que tengo ahí, y unos dibujos (le encanta dibujar), llegado un momento, supe que era mi oportunidad, que sólo tenía que acercarme a él, y cinco segundos después estaríamos en mi cama, pero no lo hice. Rompí el momento con un lavado “¿Me dejás pasar?” cosa que me desconcertó a mi más que a él. Me importa, es la única explicación posible. No quiero echar todo a perder por apurarme.
Hoy la llamé a Maru, y le pregunté si le parecía que él tenía onda conmigo. Después de cagarse de risa un rato, me dijo, seria:
-¿Vos qué querés con el pibe?- son amigos, y es lógico que lo quiera cuidar de mi, yo también lo quiero cuidar de mi capacidad para destruir todo.
-Estoy cansada de jugar Maru, quiero alguien que me acompañe- le digo, y es casi un mantra, que vengo repitiendo desde hace algún tiempo. Estoy cansada de relaciones casuales, hoteluchos y amigarches.
-Bueno, te averiguo sutilmente-
-Si, por favor, no seas demasiado directa, mirá que tuve alguna oportunidad pero no quiero que se asuste-
-No, quedate tranquila… esta semana, ¿qué días podés?-
-Cualquiera, no hago nada-
-Bueno, entonces arreglo con él para vernos los tres en Quilmes- Eeesaaa!
-Dale, te llamo mañana, beso-
Así que, esas tenemos. Espero que salga algo, que esto que pasó el sábado no sea una reminiscencia de algo anterior y, por ende, el karma me traicione. Que no me canse de él una vez que consiga que esté conmigo, que pueda funcionar. No quiero hacerme la cabeza... pero estoy en eso. Ponerlo en palabras, como dice mi psic, es el primer paso.
No quiero hablar de esto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario