miércoles, 7 de abril de 2010

Anagrama

Pared es un anagrama de la palabra padre. Hoy (2 de abril, me atrase en publicarlo) hace dos años del día que se empezó a construir en casa la medianera nueva; todavía está por la mitad. También hoy fue el día elegido para que nosotros, los cinco, fuésemos a conocer la casa y la familia de Ester, la novia de mi viejo, perdón, padre. Estaban sus dos hijos mas chicos, ella (21), embarazada de seis meses, estaba con su novio, y un rato después llegó su mejor amiga. El hijo (24) está al dente, y lamentablemente, estaba su fea y destruida novia. La reunión estuvo buena, pero le sobraron dos horas. Encima me comí una empanada de roquefort que todavía está dando vueltas en algún lugar entre mi estómago y mi garganta, un asco.
Con papá estoy peleada, desde el domingo pasado que no le hablo. Está todo mal. Cuando salimos de acá, y durante los 40 minutillos de viaje, todo lo que me dije a mi misma fue: comportate. Y me comporté, mejor de lo que incluso yo misma esperaba. Me mandé un par de las mías, léase: sonrisa irónica, comentario de maldita perra, la ceja desubicada que se levanta sola cuando pienso “que pelotudez” o “ah… carajo”, etc. pero nada mas. Hablé con todos, jugué a la familia perfecta, igual que mis hermanos y mi padre. A la vuelta viajé adelante, con lo que me costó no hablar con papá porque me sacaba tema de conversación. Me llamé a silencio desde el domingo porque estoy harta de hablarle al pedo. No sólo se caga en lo que le digo, sino que a esta altura el grado de cagamiento que tiene en mis palabras llega al punto de que me dice constantemente “no me dijiste”.
Hace un par de semanas que le dijo a Marina (mi her) una boludez de mi, sabiendo que ella me lo iba a contar. Siempre hace eso, siempre tira indirectas, me provoca para que sea yo la que inicie la pelea. Quiere pelear, perfecto, saco las uñas, y que se agarre. Pero no voy a salir corriendo para el lado que él quiere, no way. Él nunca está en casa, ni siquiera cuando está. Si hay algún conflicto, en lugar de buscar un acuerdo entre los dos que se estén peleando, amenaza con sacar el motivo de pelea, entonces alguno de los dos se la tiene que comer, queda (o quedo) recaliente, después él se va y mi casa se convierte en una batalla campal. Con ejemplos de este tipo puedo llenar dos carillas más, y llegaría a la misma conclusión: tenemos media pared.

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