martes, 26 de abril de 2011

Pero tu pelo...

Hoy me hice un tratamiento de conducto. Soberbio dolor. A la vuelta, en el colectivo vi una chica pelirroja, con un color muy parecido al que tuve durante un año. La odié, le tuve envidia, me dieron ganas de arrancarle los pelos y pegarlos a mi morocha cabellera. Tengo un temita con esto, temita que no termino de encarar, mas que nada por que no sé cuán importante es. Lo hablé con mi psic, y con lo que me dijo me hizo sentir peor. En fin.
El problema, de todas formas, es que odio el color que tengo ahora. Mi color natural es rubio oscuro-castaño claro. En la anteúltima pelea con Mariano me corté el flequillo y pasé del castaño al rojo fuego sin escalas. No usaba flequillo desde los diez años. Con el tiempo, me hice un par mas de cortes, pero siempre respetando el flequillo y el color. Ahora bien, a medida que las cosas iban cambiando de color con Mau, mi pelo fue creciendo sin ser teñido, y zas! él me vió las raíces... me dijo que mi color natural era mucho mas lindo, cosa que venía pensando hacer; dejarme mi color, quiero decir. Entonces le pregunté al novio de Marina, que es peluquero (ejem..), qué tenía que hacer para sacarme el rojo; "El rojo se saca con negro", sentenció. Y así quedé yo con los pelos negros como el ébano y me cago en blancanieves que le quedaba tan lindo. Con mi tono de piel (extremadamente blanca, tendiendo al rosado) y mis ojos verdes el negro queda como una patada al hígado, odio este color de pelo. No veo la hora de sacármelo de la cabeza. Por momentos intento echarle la culpa a Mau por haberme insistido, pero sé que no fue él quien decidió. En fin, supongo que en la tintura de la semana que viene me voy a empezar a acercar a mi color, o por lo menos sacarme este negro de encima.

Siempre amé mi pelo, es hora de que nos reconciliemos.

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