miércoles, 23 de diciembre de 2009

Deseos de fin de año – II

Estos días anduve muy revolucionada, la Navidad siempre me cae mal, y aun peor estos últimos dos o tres años, ahora que lo pienso. No voy a enumerar los motivos, porque son tantos que suenan a excusa. El post de hoy va dedicado a un amigo, por el que ayer hice la buena acción de fin de año, de papa Noel virtual, o algo así.
Vg es un pibe con el que salí un tiempo. Es bipolar (maníaco-depresivo), cocainómano, fuma, fuma marihuana, hace música. Es una de las personas más inteligentes, soberbias y autodestructivas que conozco. Hace dos semanas lo internaron porque tuvo una crisis, un brote psicótico (el lado maníaco de su enfermedad). Me llamó su madre, que es una de las personas mas pelotudas que conozco, y me pidió que lo fuera a ver a la clínica. Tenía (tengo, de hecho) tantas ganas de ir a verlo como de hacerme una mastectomía sin anestesia, pero no podía ser tan turra de no ir a hablar con su doctora, y contarle algunas cosas que le podían resultar útiles, al mismo tiempo que me ponía al tanto de su estado. Me acompañó Adrián, que es mi mejor amigo.
Hoy le daban el alta, se encontraba estable, calculo que a esta hora ya estará en su casa. Hablé con la doctora de todas sus adicciones, tanto él como su madre habían ocultado todo eso, hablé de la relación pseudo simbiótica que tienen, de mi relación con él y porqué terminó. La doctora me agradeció mucho que me haya acercado a hablar de todas esas cosas que nadie decía, me dijo que iban a ajustar el seguimiento, que cualquier cosa la llame. Me dieron un papelito con los horarios, un beso, y gracias por venir.
Me gustaría que el año que viene no se drogue, que se mejore, sinceramente lo digo. Es una persona y merece serlo. Y acá va mi segundo deseo para el año que viene: que todas esas personas que están en el infierno de drogas y autodestrucción puedan salir, que se den cuenta cuánto valen y puedan tener la fuerza suficiente para salir y, sobre todo, para no volver a entrar.
Ese es mi segundo deseo... me queda uno, no?

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