jueves, 15 de marzo de 2012

Primer año de vuelo

¡Revolución! Me quedo sin trabajo en dos semanas. Se termina el contrato, y es lo que se había pactado. Busco por todos lados, y van saliendo algunas puntas… eventualmente voy a conseguir. Marina, mi hermana, sigue sin hablarme después de la pelea que tuvimos porque no le dí el gusto de dejar a Mau, mi viejo también tiene escenas de celos esporádicas, y ahora L me dejó de hablar porque sí. Me voy sintiendo una larva en su crisálida, siento que me duele el cuerpo y el pecho, que estoy metamorfoseándome entera. El gordo y yo vamos armando de a pasitos nuestra vida en común, con besos, mimos, verdades, secretos de a dos. Él es mi apoyo, mi amigo, mi amante y mi amor. Con todo lo cursi y trillado que eso suene, es mi verdad.
Ante anoche tuvimos una tormenta provocada por mí, y la verdad me odié mucho por eso. Ayer nos levantamos mejor, me acompañó todo el día y fue hermoso pasar el tiempo con él. Estoy muy enamorada, siento cosas que pensé que no existían, y me doy cuenta que es él, que quiero seguir el camino de su mano. Y mirar para atrás, pensar todo lo que pasamos en tan poquito tiempo para llegar hasta acá... la primera vez que tantas cosas.
Siempre me acuerdo el día que estando en el subte no dejaba de repetirme:
-No te enganches conmigo-, hasta que le dije
-Si no dejás de repetir eso, voy a pensar que sos vos el que se está enganchando- Sonrió.
-Doy esa impresión, no?
Los fines de semana de extrañarlo, de tiempo congelado, de dormir para no pensar, las tardes de estar desnudos en la cama, dejando de hablar para hacer el amor, dejando de hacer el amor para hablar, hablando y haciendo el amor, callándonos para que nuestros cuerpos hablen en el mismo idioma... y sus labios de llenarme de besos, ametralladora de palabras, maestro en puntería, dando siempre en el blanco. Peinando mis ideas. Cómo de a poco lo imposible se fue gestando, cómo llegamos a ser dos leones defendiéndonos, espalda con espalda, peleando el territorio, destrozando la cama.
Cómo de a poco nuestro amor también se revolucionó, pasando de ser nada a ser todo, llevando la revolución que el otro iba provocando en nuestros cuerpos y mentes a la vida misma, cómo los dos cambiamos la vida del otro siendo auténticos. Nuestra revolución individual y de pareja, aceptarnos, amarnos como somos.
No es un camino fácil. Para poder llegar hasta su mano, tuve que aceptarme, hacerme cargo de mis deseos, de mis perversiones ante él… y ante mí. Y así fuimos estableciendo parámetros de franqueza que fueron los que propulsaron nuestro amor, de la mano de la libertad sexual que tenemos y compartimos. Y yo siempre que siempre fui tan cerebral, tan poco demostrativa, tan oruga triste… y una teoría.
Amor es revolución.

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