martes, 14 de junio de 2011

Yours

De verdad nunca pensé que algo me podía doler tanto. Es como si mis emociones se hubiesen ido, no quedó nada adentro mío. Y entoces la cabeza empieza a retroceder y pienso en él, en sus besos, en "necesito que me des tiempo a entregarme a vos". Y le dí tiempo. I play the game right from the start. Lo acompañé, lo apoyé. Estuve ahí en todos los eventos alocados de su vida este último tiempo. Nos divertimos, nos peleamos, nos amamos. Todo eso después de esperarlo, de soportar el saber que dormía con otra, que iba al cine o miraba alguna serie o lo que fuera con otra, sin esconderse, sin mirar para todos lados antes de besarla en público, que jugaba con ella a la familia feliz. Siendo la otra, sufrí tener que compartirlo, no tener derecho a nada. Me banqué sus desplantes, me banqué cada vez que me dijo "nadie te obliga a quedarte". Y también recibí todos sus mimos, toda su pasión, su protección, su complicidad, su amor. Juro que podía sentir su amor en mi pecho. Y ese era motivo suficiente para quedarme. Me juré que el día que dejara de sentirlo me iba a ir para no volver. Porque puedo soportar lo que sea, puedo bajar el sol con mis propias manos, quemándome entera por él... mientras lo sienta conmigo.
De un tiempo a esta parte las cosas empezaron a deformarse. Él llegaba del trabajo y casi ni me hablaba, me decía que habían quedado "cosas inconclusas" con su ex, y que por eso no se podía entregar a mi. Y yo sintiendo que él se iba alejando de a pasitos. Por momentos, mi nena interna tomaba el timón e intentaba traerlo hasta mi mediante el juego. No funcionaba. Entonces salía la zorra e intentaba darle una clase maestra de sexo. Tampoco. Entonces todas ellas se refugiaron a lamer sus heridas, y me dije: Agustina, tenés que hace que esto funcione. Lo seguís amando? "Si" Entonces, sacá los remos.
Y así fue, me esforcé y el sábado a la mañana me despertó con mimos y besos, y de verdad creí que al fin íbamos a ser dos, que al fin se iba a entregar a mi y todos esos fantasmas en realidad se habían muerto, y podía dejarlo pasar hasta el fondo, porque él me estaba dejando pasar. Entonces salieron todas mis Agustinas de sus cuevas, y decidieron entregarse a él, llenarlo de besos y de mimos, darle todas esas palabras dulces y esos besos y abrazos que últimamente no me dejaba darle. Decidieron dejar de ser un recuerdo para volver a ser agua corriendo por su cuerpo o poesía a través de sus oídos. Y justamente ahí, uando estaba mas blandita, cuando estaba completamente en carne viva, dándole todo, dejando mi vulnerabilidad, mi fragilidad a la vista, vino el golpe. Después de casi un mes de mierda, una mañana de tenura y un golpe. Eso es lo que tuve. Intenté recuperarme, me levanté antes de los diez segundos, y escuché lo que me decía y quise creerle, mientras me preguntaba a dónde mierda había metido al hombre maravilloso de quien me enamoré. Seguramente ese que estaba en la cama de Mauro, abrazando a la mujer de Mauro, había agarrado a Mauro y lo había cagado a trompadas, maniatado y encerrado en algún sótano. Entonces decidí que me estaba persiguiendo mucho, que no podía ser cierto, que tengo que buscar algo para hacer. Y busqué. Y traté. Y quise no hacer nada que lo pueda lastimar. Y no puedo evitar sentir que los dos nos estamos lastimando para que sea el otro quien decida irse, y poder decir "yo sabía".
Yo sabía que eras una pendeja, que no ibas a poder amarme porque tenes boludeces de pendeja y te portás como una nena caprichosa y no te importo yo, soy un capricho mas.
Yo sabía que me ibas a lastimar, porque a mi todos me lastiman antes o después, porque la vida se encargó de sacarme cada puta cosa que quise.
Tengo toda esta violencia adentro, esta impotencia. Que me mandé una cagada, dos, veinte? Si. Soy culpable de eso. Que no soy capaz de hacelo feliz? Si, soy capaz, y le consta, y lo asusta, y se aleja todo el tiempo de mi y me lastima. Y ahora mismo acaba de volver a entrar al laburo porque terminó su hora de comer y no me llamó, no me va a llamar hoy y probablemente no lo haga por unos cuantos días, y me pidió que yo lo llame y me muero. Siento que me muero. Que dí todo de mi, y aún así no funcionó, que tal vez sí me haya mandado una boludez de pendeja y quiero remediarlo, y él me dijo que ya es tarde. Que media pastilla me hacía dormir diez horas, anoche me tomé una y apenas pude dormir cinco o seis. Y mi viejo se las llevó porque no me las iba a dejar a mano en el estado que estoy.
No sé cómo terminar este post. Tengo pánico de que me deje, si. Me duele que me trate así, también. Voy a seguir con él? (me lo preguntó Julián, Adrián, Marina, L, mi viejo, el novio de Marina) Hoy cumplimos siete meses de la primera vez que hicimos el amor. Una fecha completamente arbitraria para recordar. Ayer fue mi cumpleaños número 24, otra fecha completamente arbitraria. Y todo este amor igual de arbitrario. Y lo único que siento ahora es un hueco gigante en mi pecho, como si hubieran puesto un alfiletero en el lugar de mi corazón. Y lo básico, lo que me dijo tantas veces, lo que es tan cierto como mi escencia; soy su mujer. De nadie mas, nunca podría.
Necesito seguir con él.

No hay comentarios:

Publicar un comentario