viernes, 3 de junio de 2011

Afraid of us

Es sólo que quisiera no estar muriendo de miedo. Quisiera terminar de entregarme a vos, definitivamente, sin la última resistencia, sin tener miedo a que esto que tenemos se convierta en algo despersonalizante. Y te lo dije tantas veces. No te dije, sin embargo, muchas cosas, que van apareciendo, y que no tendrían sentido, que mi psicólogo me dice que son boludeces, pero, y si no? Después de alguna manera se reprimen y no me joden, pero empiezo a sentir que te odio, te culpo por alejarme de todos, siendo que sé que soy yo quien se aleja. Y ahora estoy sentada en tu departamento (y tu frase, la misma que me dicen mis hermanos "vos no vivís acá. esta es MI casa", soy una paria de la vida), y supongo que el problema es que me estoy sintiendo sola, y no quiero. No quiero, amor, que ese sea el problema. Ya sé que ayer hablamos y llegamos a un acuerdo, y ahora me pregunto si voy a poder, si voy a pasar los próximos cinco minutos terminando de preparar el mate y buscando recetas para hacer tu comida de la semana o voy a meter todo en mi bolso y me voy a ir de acá para nunca más volver.
Igual, esto es sólo inseguridad, es sentir que mi apetito sexual es mas grande que el tuyo, por ejemplo. Es sentir que necesito que me digas que me amás, que yo sé que es así, pero necesito escucharlo, porque suena tan bien en tus labios. Siento toda esta dicotomía, estas ganas de matarte y de abrazarte, y saber que hace un rato que estás libre del trabajo y todavía no me llamaste... quisiera no tener tanto miedo de que todo esto sea un error. Te juro que cuando me despierto y te veo al lado mío nada mas quiero seguir con vos, que todos mis días sean así de hermosos, que me sonrías y me des beso cuando volvés del trabajo o recién te despertás, que miremos House juntos, que cenemos alguna invención a medias, cocinada por mi generalmente y diseñada por vos, que hagamos todas esas cosas, y que de acá a tres o cuatro años tengamos un bebé con tu piel y mis ojos, como me dijiste en enero, cuando todo esto que tenemos estaba empezando a gestarse, era un espacio en nuestra imaginación compartida. El día que me dijiste "Llorás en casa", o cuando me trajiste por primera vez a tu casa, con un sutil "quedate" en mi oído cuando íbamos en el subte con un compañero de trabajo que ni enterado de lo que se estaba armando abajo de nuestra piel. Me importa un carajo todo lo que pasamos, pero es lo que le da valor a este presente. Es en lo que pienso cuando dudo. Pienso que estamos empezando a explotar nuestro potencial, que puedo convivir con tus rayes, y que necesito que me muestres qué es lo que estás cediendo por mi, porque yo estoy cediendo mucho por vos. Y estamos conviviendo, cuando hace un año ni te conocía, hace ocho meses me gustabas, hace siete meses había decidido que eras para mi, y hace seis y medio descosíamos una cama por primera vez. No puedo separarte de mi sexo, como no puedo separar mi sexo de vos, porque me hacés olvidar mi pasado.
Y no sé si soy lo mejor para vos, ni siquiera si sos lo mejor para mi, pero te admiro, me siento orgullosa de vos muchas veces, y te veo como una versión masculina de mi porque somos muy parecidos. Sé que ahora sólo veo lo malo de vos, y que una vez que se termine esta tormenta vamos a estabilizarnos como pareja, sin esa desesperación por el otro que teníamos al principio (que nos llevaba a besarnos en cualquier ascensor, o en el subte, o donde fuera), ni esas ganas de cagarte a trompadas que me surgen últimamente, que en parte vienen de sentir que es una obligación estar acá.
Siempre me decís que lo que escribo es una hemorragia necesaria, y la verdad es que me cuesta mantener el hilo conductor en mis textos porque me disperso mucho al escribir, tanto como cuando hablo (el viaje a Berisso en que no terminé de contarle la anécdota a Martín jaja), y en general sale una cosa prolija porque me fuerzo a mantener la línea, a ser consistente. Bueno, señor Mauro, le cuento que esto sí es una hemorragia. Mis pensamientos se encadenan mas o menos como escribí ahora, y me siento muy aliviada.
Aunque quisiera no tener tanto miedo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario